La palabra como instrumento de política monetaria
Un rasgo característico de la estrategia de comunicación es la preeminencia de un tono optimista, que invariablemente presenta los hechos desde una perspectiva favorable.
En enero del año 2012, el Banco Central adoptó un Esquema de Metas de Inflación (EMI) como estrategia de política monetaria, estableciendo así el compromiso de mantener la tasa de inflación dentro de límites periódicamente establecidos. Un fundamento teórico del esquema es que la política monetaria se facilita en la medida en que el público puede verificar la coherencia entre objetivos y acciones de las autoridades, pues eso genera expectativas que, por sí mismas, contribuyen al logro de la meta. Es por eso que la adopción de un EMI va siempre acompañada de un gran flujo de informaciones, cuyo análisis resulta relevante para inferir motivaciones subyacentes en las decisiones de política monetaria.
En el caso dominicano, el Esquema de Metas de Inflación ha seguido la receta tradicional, y el portal del Banco Central muestra una proliferación de noticias, comunicados, artículos expositivos y, en algunos casos, cartas públicas dirigidas a destinatarios con nombres y apellidos. Entre 2011 y 2022, la institución posteó alrededor de 521 noticias de contenido económico, tras excluir aquellas en las que se informa que “el Gobernador ofreció una agradable cena a los miembros de la Junta Monetaria”. Un rasgo característico de la estrategia de comunicación es la preeminencia de un tono optimista, que invariablemente presenta los hechos desde una perspectiva favorable. Esto hace, por ejemplo, que la noticia de un aumento en la tasa de inflación vaya casi siempre seguida por una referencia a tasas de inflación más elevadas en otros países. La regla general es que un evento poco placentero se combina con aclaraciones que, de algún modo, apuntan en sentido contrario.
El predominio del optimismo es previsible y, hasta cierto punto, indispensable en cualquier entidad pública, pero el caso dominicano parece distinguirse de algunos países donde a veces se adopta un tono más adusto. El presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, por ejemplo, no vacila en decir que “es cierto que la inflación es un fenómeno global y que muchas economías tienen inflación más alta que la nuestra (pero) nada de eso disminuye la responsabilidad de la Reserva Federal en sus funciones asignadas. Hay un trabajo que hacer y estamos determinados a hacerlo”. Frases descarnadas son tolerables en el contexto estadounidense -una economía más sofisticada donde el uso de medias tintas podría interpretarse como una actitud autocomplaciente-, pero no aparecen con frecuencia en el discurso oficial dominicano.
El volumen anual de noticias ha crecido a lo largo del tiempo: en 2011, se publicaron 19 noticias; en 2016, se llegó a 46 y en 2022 se publicaron 62. El tema predominante ha sido el comportamiento de los precios (que son materia de unas 144 notas en doce años), seguido por referencias al comportamiento del Producto Interno Bruto (cerca de 70 noticias) y por informaciones relativas a temas generales (alrededor de 70 noticias). Por un lado, esto es un reflejo de la dualidad de funciones del Banco Central, que es a la vez entidad monetaria y entidad divulgadora de datos estadísticos. Por otro, podría ser también evidencia de que, de manera implícita, la institución se auto impone un mandato dual que le exige ocuparse, con intensidad a veces equiparable, del comportamiento de los precios y de la producción. En los últimos años, la preocupación por la actividad económica llevó a la adopción de medidas no
convencionales, como la canalización de crédito hacia sectores específicos, especialmente Construcción y PYMES. En el portal de la entidad son también frecuentes las noticias en las que se refleja un marcado interés por el comportamiento del mercado cambiario y, cada cierto tiempo, se emiten notas según las cuales “el Banco Central garantiza la estabilidad cambiaria” o se informa que “el BC intervendrá mercado cambiario para atender demanda extraordinaria”. Otras formas indirectas de incidencia en el mercado cambiario son referencias recurrentes a la entrada cuantiosa de remesas o a la cantidad de reservas en poder del Banco Central, lo que parece orientado a influenciar las expectativas en torno a la tasa de cambio.
Termino este escrito con una confesión. Tras la tediosa lectura de cientos de piezas noticiosas, las lecciones más interesantes tienen que ver con la economía política que subyace en las decisiones monetarias. Es revelador observar el modo en que las noticias sobre encuentros usuales con el FMI se entrelazan con reseñas de visitas de distintos gremios empresariales, entre los cuales se destacan los que podríamos identificar como las 5A: ABA (Bancos), ACOPROVI (construcción), AIRD (industria), ADOEXPO y ADOZONA (exportaciones). Y es todavía más interesante establecer relaciones entre las coyunturas económicas al momento de las visitas y las decisiones en las semanas posteriores. La agenda del Gobernador es tal vez el espejo más fehaciente del silencioso juego de intereses de nuestra economía.
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