Obras son amores (II)
La consolidación del Estado debió´ haber proseguido en democracia, con instituciones apropiadas
(Del libro Horacio y Mon: avatares y gloria, publicaciones del AGN):
“—Dejé´ el sistema judicial apuntalado, modernizado e independiente. El Legislativo embarcado en el cumplimiento de sus deberes sin intervención del Ejecutivo de la nación. Las fuerzas coercitivas, las que imponen el orden a escala nacional y defienden la soberanía, bien equipadas e instruidas. Y un Poder Ejecutivo respetuoso con los demás poderes del Estado e inclinado a la majestad de la prensa, con sus críticas despiadadas, que solo afirmaban en mí´ la vocación democrática.
Lilís, para que tengas una idea de la extensa labor legislativa desarrollada durante mi gobierno entre 1924 y 1930, de la cual se ha hecho eco el doctor Wenceslao Vega en un trabajo de envergadura, te ofreceré una muestra.
»Promulgación de leyes que aprueban el traslado de los restos del prócer Jose´ María Cabral a la Capilla de los Inmortales; pensiones a los descendientes de prominentes patriotas, como Francisco del Rosario Sánchez, Gregorio Luperón, Ulises Francisco Espaillat, Cayo Báez; cambio de nombre de la provincia Pacificador por provincia Duarte; declaración del último domingo de mayo como día de las madres y consagración como feriado del Día de La Altagracia; reconstrucción del Alcázar de Colón para ser destinado a museo nacional; erección de una estatua del prócer Juan Pablo Duarte. Había que dar valor a los símbolos patrios, culturales, religiosos. El ser humano tiene que nutrir su espí´ritu y el pan no basta, ni alcanza, para ese propósito.
»Se introdujo la inscripción gratuita del acta de nacimiento, con objeto de estimular a la gente a que se documentara, pues muchos vivían sin perfil ni existencia legal. A la par con eso, se propició´ la nacionalización de extranjeros para ayudar a la repoblación y reducir el desequilibrio con nuestro vecino Haití. Y se dispuso que la pena de muerte se cambiara por prisión a 30 años, para eliminar la crueldad del garrote vil.
»Otras leyes fueron dictadas para insertar a nuestra patria en las corrientes internacionales o globales.
—Con eso es suficiente, Horacio. No veo la necesidad de dar tantos detalles.
—Lilís, otras iniciativas estaban orientadas a la colonización de la frontera con el propósito de erigir un valladar humano que contuviera la penetración haitiana; o a la prohibición de la exportación del carbón vegetal para preservar el bosque seco; la creación de la policía de carreteras y caminos para dar soporte de seguridad y apoyo a quienes circularan en las redes viales; la prohibición a los militares y policías de votar en las elecciones con objeto de eliminar la ventaja de que disfrutaban los gobernantes con aspiraciones a reelegirse; el establecimiento de multas a los administradores de fondos públicos que avanzaran fondos para el descuento de sueldos.
“Como podrás observar, Lilís, eran obras dirigidas a propósitos nobles, bien orientadas, pensando en el bienestar de la nación, no en intereses de grupos o personales.
“Además, se aprobaron las leyes de aduanas, lotería benéfica, notariado, creación de reservas forestales, distribución de aguas, protección de las obras de autores nacionales, establecimiento del bien de familia.
“Y como si fuera poco, a ver si te enteras de una vez por todas y se enteran tantos más que siguen sordos: las leyes orgánicas de presupuesto, hacienda y contabilidad públicas, presupuestos y tesorerías municipales, servicio civil, vitales para la consolidación del Estado de derecho. Eso era centralizar el Estado bajo el régimen democrático. Menos cuentos, es lo que hace falta, y destacar lo que merece ser puesto de relieve.”
Horacio tomó´ su tiempo. Necesitaba tranquilizar su respiración, acelerada por la emoción que le producía recordar cada uno de esos logros. En cada uno de ellos había empleado un jirón de su vida. Y continuó:
—En efecto, eso fue lo que hice en mi gestión de gobierno constitucional entre 1924 y 1930. Reforcé´ y consolidé´ las instituciones y centralicé´ al Estado y puse a funcionar su armadura institucional a ritmo de modernidad y lo preparé´ para que fuese capaz de acometer las transformaciones que se necesitaban; las inicié, las impuse a base de liderazgo, que no de fuerza, y quedaron en plena vigencia.
Horacio continuó:
—La consolidación del Estado debió´ haber proseguido en democracia, con instituciones apropiadas, en medio del ejercicio pleno de las libertades individuales, que es lo único que inspira las iniciativas creativas de los seres humanos. Se necesitaba más tiempo para arraigarlo y convertirlo en inamovible.
»En mi último gobierno hubo avances muy relevantes. Gente intrigante y sobrados de inquina lo han ocultado. Y han hecho un daño tremendo: han manejado al Estado bajo el signo autoritario y del enriquecimiento personal ilícito. Han preparado un cómodo lecho a la impunidad, cuya erradicación es aún una tarea pendiente de realizar”.
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