El síntoma

1.La basura es el síntoma de una ciudad enferma. Revela todos los defectos de una clase política absurdamente descuidada. Los alcaldes no saben cuál es su función. Construyen complejos habitacionales, organizan parques temáticos, hacen campañas contra la violencia de género, reparten fundas sociales en Navidad. La ciudad se empobrece por la basura, nuestra salud se resiente,mientras los alcaldes juegan a ser presidenticos.

2.La basura es el síntoma de la mala salud de la democracia. No hay oposición, tampoco en los ayuntamientos. ¿Dónde están los regidores opositores proponiendo proyectos, exigiendo transparencia y eficiencia? La basura también los entierra a ellos.

3.La basura es el síntoma del fantasmeo. Pretender que se tiene un proyecto de país-destino con la basura amontonándose hasta en las carreteras es una falacia. Tenemos enclaves de los que los turistas no pueden salir. Santo Domingo no puede ser un éxito turístico si no la limpiamos. Lo demás es campaña de publicidad, proyecto de escritorio.

4.La basura es el síntoma de la apatía ciudadana. Y de las pocas vías de participación abiertas. No exigimos, no nos enfadamos, no pedimos responsabilidades. Ni a los que ensucian ni a los que no limpian.

5.La basura es síntoma de qué mal administrados estamos. Nuestros impuestos no van a lo esencial. La basura se ha convertido en un problema insalvable para toda una clase política, la municipal, que causa más problemas que los que resuelve.

IAizpun@diariolibre.com