Protestas en el hemiciclo

Los legisladores no debieron ofenderse por el reportaje de Diario Libre exponiendo el uso que algunos de ellos hacen de las exoneraciones que disfrutan por ley.

El reportaje denunciaba lo que todos ellos saben que ocurre y tienen muy asimilado. Venden las exoneraciones de las que disfrutan para facilitar la compra de un vehículo para sus desplazamientos y de esta rebaja de impuestos se benefician los que quieren autos deportivos de lujo y hasta autobuses para su negocio privado... sin impuestos.

Los legisladores deben entender que es una conducta inapropiada, un negocio insólito, especialmente tratándose de una institución como el Congreso y Senado de la República. Que es una burla al contribuyente dominicano que no tiene más deseos que ellos de pagar impuestos y que sin embargo lo hace responsablemente.

La venta de exoneraciones por parte de los legisladores es una práctica conocida de la que han abusado. Más que enfadarse deberían asumir que los tiempos cambian y que es el momento de poner límites a tal distorsión. Sus electores lo valorarán.

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