Las Pruebas Nacionales

Desde que inició la pandemia de Covid  se supo que las consecuencias iban a ser especialmente graves en el terreno educativo. Por supuesto, el sanitario era urgente, pero para educadores y sociólogos, conforme iban avanzando los meses, el cierre de las escuelas se presentaba como uno de consecuencias graves.

Y así ha sido. Se calcula que el retraso en la educación, al menos en América Latina, es de un año y medio.

Las Pruebas Nacionales reflejan esta  situación. Para solventar el retraso en el aprendizaje se ha decidido rebajar la exigencia, sacando de los exámenes temas importantes que no han sido suficientemente trabajados por los escolares y aligerando los contenidos, a la vez que se ha evaluado con menor severidad los exámenes, cuando los ha habido.

La situación no es única de República Dominicana, lo cual no debería ser consuelo. Esta “inflación” en las calificación y el adelgazamiento de los temarios ha sido constatado también en niveles educativos superiores universitarios.  El reto es ahora recuperar el nivel anterior. Sería injusto para esas generaciones recibir una peor educación.