Demócratas totalitarios

¿A quién debemos tenerle más miedo, al xenófobo, racista, homófono y cualquier otro título que quieran endilgarle a alguien, o a los "demócratas totalitarios", aquellos que entienden que SU verdad debe ser la verdad aceptada por todos?

A los primeros no les tengo miedo, porque sé lo que son. Los peligrosos son los segundos, que cambian su verdad a conveniencia, y no tienen empacho en falsear o modificar los hechos para ajustarlos a su verdad, y condenan al paredón del fusilamiento moral a los que osan disentir de algo tan establecido como LA verdad de esos "demócratas".

Todo lo que vaya contra el modo de pensar de esos "demócratas" debe ser desterrado de la faz de la tierra, y quien sea portavoz de esas ideas condenado al infierno de los epítetos degradantes. ¿Quién es más intolerante, el que piensa de una manera que nos irrita, o el que quiere impedir que esa persona exprese sus ideas en una sociedad democrática?

La democracia se basa en el libre mercado de ideas, un mercado donde circulan las bellas ideas de los librepensadores, junto a la bazofia de los liberales por conveniencia y de los amantes de los gobiernos de fuerza. Por eso es tan difícil vivir en democracia. Las dictaduras no aguantan sandeces.

El papel de un medio de comunicación en una sociedad libre y abierta es permitir que florezca el mercado de ideas, aunque muchas de ellas nos parezcan ridículas o irritantes. Escucharlas es el precio que debemos pagar por vivir en democracia. No existe otra opción.

atejada@diariolibre.com
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