Defensa equivocada de Pelegrín

En estos momentos lo que vale es la percepción

La lógica y el manual enseñan un procedimiento que debiera ser normal en toda administración: recibir, chequear, y dependiendo, consentir o rechazar.

Más o menos lo que hizo Tony Isa en Minería.

Sin embargo, nadie lo cree, y todo el mundo asume retaliación contra los Vincho por su oposición militante, y hasta necia, contra la reelección.

Dejando de lado la morbosidad, que es lo que le gusta a la gente, no hay dudas de que el Informe de Minería coloca a Pelegrín en las cuatro esquinas. Y tal vez en una más.

Si hubo maldad o no, será un asunto de percepción, y en este momento, la percepción, toda percepción, se impone en la opinión pública nacional.

Lo que importa, por tanto, es lo que abunda y daña: los hechos materiales. Y no puede decirse que la pasada administración de Minería fuera un dechado de virtudes.

Pelegrín se defiende, y es justo que lo haga, pero la estrategia no parece correcta. Quiere hacerse la víctima, o pelear desde el suelo, sin darse cuenta de que el pitbull lo tiene agarrado, y que difícilmente pueda zafarse.

Quiso reaccionar, y ahora le han llenado la cara de espumas y burbujas.
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