La satanización de las motocicletas

Un remedio peor que la enfermedad...

Como la delincuencia que suena y tiene prensa es la que se origina en motocicletas y motoristas, se supone que las autoridades tienen agentes infiltrados.

Se supone, pues los directores de la Policía desde las gradas no conocen en detalle los trabajos y solo expresan preocupaciones que por diversas y curiosas debieran tomarse en cuenta.

Si ese aspecto no se contempla en los actuales operativos, puede entenderse por qué no llena las expectativas. La lucha es a la intemperie, bajo lluvia y ni un paraguas cerca.

El obrero del nuevo volante se pensaba que servía como remedio, pues era real la deficiencia en el transporte. Sin embargo, peor que la enfermedad.

Y no solo por el caos en el tránsito, que se agravó, sino porque se convirtió en el medio más apropiado asaltar en las vías públicas y salir bien librado en la huída.

Como de por medio existe un afán por satanizar la motocicleta y al motorista, ahora se dice, y un poco por lo bajo, que realiza tareas adicionales.

Llevar drogas y traer dinero, por ejemplo, con la mayor rapidez y el mejor encubrimiento. Si así se ve desde fuera ¿qué no sería desde dentro?

Imaginar, pues.