El orden que nadie quiere que se le imponga
¿Cuándo pensamos en colectividad?
El pataleo de los “dueños” de centros de diversión es la más reciente muestra de que en la República Dominicana, nadie quiere que se le apliquen las leyes.
Reclaman los propietarios de discotecas, colmados, drinks y demás yerbas aromáticas, que no son delincuentes y que les están violando su derecho trabajar. Pero al traducir esa queja, nos topamos con que lo que buscan es que las autoridades violen las leyes a su favor.
Es la misma historia del policía recto que deseamos para el país, pero que sea flexible con nosotros.... y así seguimos la historia de pensar únicamente en el beneficio particular y no en el colectivo, algo muy común por estos predios.
Ya lo vivimos, también, con la presentación del proyecto de ley de modernización fiscal, en el que todo el mundo estaba de acuerdo en la necesidad de que fuera aprobado, pero ningún sector quería que sus intereses fueran tocados.
Se podría decir que nuestro país no necesita leyes nuevas, o muy pocas realmente, sino que se cumplan las que ya existen, pero que nadie quiere que se las impongan.
Ojalá que en algún momento entendamos que los sacrificios por el bien común son necesarios.
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