El Gobierno está dispuesto a dialogar

Las reacciones de la sociedad, luego que se presentara hace algo más de una semana el proyecto de Ley de Modernización Fiscal, han puesto a pensar al Gobierno.

El presidente Luis Abinader lo dejó ver ayer, cuando respondió una pregunta de Ramón Núñez Ramírez, relacionada con los impuestos que se pretenden imponer al ahorro y sus consecuencias al sector de la banca comercial nacional.

Pero temprano en el día, el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, ya había dicho que ajustaría cualquier “error garrafal” que apareciese en la pieza.

Y en el Congreso, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, dijo que “no tendría ningún inconveniente” en analizar cambios a la reforma.

Esto parece ser lo más sano, pues el rechazo ante lo presentado ha sido absoluto por entenderse que no es viable, al menos no de la forma en que fue presentada.

Y el reclamo es el mismo, casi al unísono: vamos primero a explicar cómo se combatirá la evasión fiscal y cuál será la forma en que el Gobierno reducirá su gasto público, antes de exigirle a la ciudadanía, principalmente a la clase media, que haga un sacrificio fiscal.