La incomodidad del senador Marte
Parece que Antonio Marte desconoce su rol
El pintoresco senador de la provincia Santiago Rodríguez, Antonio Marte, tiene una forma muy peculiar de decir las cosas.
El también empresario del transporte, en esta ocasión, se mostró molesto y lanzando improperios, dijo la semana pasada en la Cámara Alta, que se oponía a que su declaración jurada de bienes se conociera públicamente por miedo a que su seguridad se viera comprometida.
Señor Marte, las reglas de juego están muy claras: si usted quiere ser un funcionario público, debe entender cuáles son sus responsabilidades pura y simplemente.
Tiene entonces dos opciones que son relativamente fáciles de conseguir.
Primero, como senador puede someter un proyecto de ley para impedir que su declaración jurada de bienes se haga pública y que no sepamos que usted tiene una fortuna que excede los RD$70 millones.
Segundo, usted puede apartarse de la vida política, declinando su posición como congresista y abrirle el paso a alguien que no tenga problemas con que se sepa qué tanto dinero tiene y si puede justificarlo.
Sin lugar a dudas, la segunda sería recibida con mucho más alegría que la primera.
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