Cap on marxa el bisbe emerit Masalles?
El vaivén del obispo
Víctor Emilio Masalles Pere renunció sorpresivamente al obispado de Baní y dejó un avispero revoloteando agresivamente sobre su imagen episcopal. Tanto como para reparar en un versículo del salmo 140: exacuerunt linguam suam quasi serpens venenum aspidis sub labiis eorum semper (afilaron sus lenguas como una serpiente con veneno de áspid siempre debajo de sus labios).
Se le tenía como la cabeza mejor amueblada en un episcopado dominicano al que no se le reconoce la fortaleza intelectual de otrora. Anunció que regresaría a su Barcelona natal, pero prontamente fue desmentida su afirmación de que tenía allí un arreglo pastoral con el cardenal Omella. Veni, vidi, pero no vici. Sorpresivamente una vez más, Masalles Pere anuncia que «tras pasar algunos días en España y luego de reflexionar serenamente, he resuelto volver a la República Dominicana donde pienso iniciar un periodo sabático que seguramente será para mí de mucha ayuda para los tiempos actuales».
Ese ir y venir en decisiones que se suponen bien pensadas despierta suspicacia hasta en los justos, porque a un pastor de almas se le supone sabiduría, templanza y espíritu reflexivo. No hay que ser tampoco demasiado severo en las consideraciones sobre la liviandad de las decisiones del obispo emérito. Total, Pedro negó tres veces a Jesús antes de que cantara el gallo. Y Masalles solo tiene 65 años.
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