Malo no es el problema, es decirlo
Los dominicanos somos muy especiales
Hace unos años, nos indignamos y nos ofendimos porque una revista internacional publicó fotos de algunas playas dominicanas llenas de basura y desperdicios.
Se pidió declarar como persona no grata a quien osó hacer esas fotos con la excusa de que se afectó la imagen del país en playas extranjeras, como si el problema no fuera la basura en el paraíso, sino que se enseñara al mundo.
Se repite la historia, nuevamente, pero ahora porque el diputado José Horacio Rodríguez dijo en una entrevista con un canal canadiense algunas de las cosas que no funcionan con el tema de la inmigración haitiana de forma ilegal a la República Dominicana.
Rodríguez habló de militares corruptos, de empresarios que violan el Código de Trabajo para pagar mano de obra más barata y muchas otras cosas que conocemos al derecho y al revés.
Pero ahora se quiere poner como un peor pecado que José Horacio denuncie algo que todos sabemos que pasa porque “los trapos sucios debemos lavarlos en casa”.
La fiebre no está en las sábanas, y en algún momento tenemos que dejar de ofendernos tanto por llamar las cosas por su nombre.
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