Creen que se van a escapar...

No se cuidan al manejar fondos, y nada pasa...

Nadie sabe, ni sabrá por qué hacer una auditoría y publicar sus resultados lleva tanto tiempo, pero tampoco por qué en todas se originan sospechas, denuncias o acusaciones.
Es como si fuera imposible manejar con pulcritud recursos públicos.
Los arqueos son periódicos, y los funcionarios o jefes de dependencias saben que ninguno escapará al escrutinio de la Cámara de Cuentas. 
Debieran por tanto cuidarse y llenar las formalidades de lugar, que son muchas de un tiempo a esta parte. Por ejemplo, leyes, resoluciones, circulares.
Todas decisiones que crean un nuevo orden administrativo, y si hiciera falta, también comisiones de éticas, y ahora las veedurías, de manera que podría hablarse de todo un blindaje.
Sin embargo, se pierde dinero, y nadie duda que se deba a sustracción, o como dicen en la calle, a robo.
El hecho intriga, y más todavía porque no hay pudor y los defraudadores de fondos públicos no ocultan las evidencias, como si fuera una honra y no un estigma.
Una salsa que hace tiempo pasó de moda preguntaba ¿cómo lo hacen? Y la respuesta no podía ser mejor. Era yo no sé.