Sorpresas en subastas

El aumento repentino de las tasas de subasta va en sentido inverso a las del Tesoro de EE. UU. porque reflejan expectativas distintas

La incertidumbre reinante debido al vaivén de aranceles entre las grandes economías ha llegado hasta el mercado dominicano. Mientras los rendimientos del bono a 2 años del tesoro de EE. UU., que típicamente refleja las expectativas de la tasa de la reserva federal, cayó -14% (de 4.61 % a 3.96 %), los rendimientos en R.D. aumentaron súbitamente.

 

La subasta del pasado 12 de febrero del BCRD, donde las ofertas triplicaron el monto ofertado exigiendo un rendimiento del 12 % fue declarada desierta. La semana siguiente, cuando las ofertas cuadruplicaron el monto ofertado, el total subastado se adjudicó a un rendimiento promedio ponderado de 10.98 %, seguido de otra, al 11.48 % y luego 11.97 %, cumpliendo los deseos del mercado.

En menos de un mes, el rendimiento saltó un 9%. Ganaron más quienes esperaron un poco. Con relación a la subasta en marzo del año pasado, el rendimiento se incrementó un 12 %, presumiblemente por nerviosismo cambiario.

La tasa del dólar ha reflejado una devaluación mucho menor, de 6.0 % en el último año, y sólo 2.2 % de devaluación desde enero. A tomar en cuenta que la tasa de cambio promedio prevista para el presupuesto de 2025 por el Ministerio de Hacienda es de RD/USD 63.40. Esto implicaría una tasa de fin de año que rondaría RD/USD 64.50-65.00, para una devaluación similar a la de 2024 consonante con el programa monetario que prevé una inflación meta del 4 %. Estas previsiones se realizaron antes de los acontecimientos actuales.

Las recientes declaraciones del BCRD sobre la tasa de cambio arrojan más luz sobre la fluctuación de la tasa de interés en las últimas dos subastas del BC. Aducen a los factores estacionales además de los consabidos factores de incertidumbre externos enumerados en un interesante análisis.

Pero cabe la pregunta de si no estará afectando también una tercera variable: el aumento del déficit fiscal resultado del retiro del paquete de reforma fiscal sometido. En este sentido, el presupuesto prevé para el año 2025 un déficit global equivalente a -3.1 % del PIB. 

Existe la percepción de aumentos sostenidos (y posiblemente insostenibles) del gasto corriente en aumentos salariales, nuevas pensiones y en crecientes intereses de la deuda. El presupuesto plantea que el gasto corriente crecerá un 16.1 % mientras el gasto de capital caerá a 2.2 % del PIB y se reducirá en términos absolutos. No luce que el mercado esté tomando en cuenta que el déficit programado caería a -2.1 % del PIB para 2028.

China, por su lado, también vio aumentar el rendimiento de sus bonos ante anuncios oficiales de que incrementarán el estímulo al crecimiento mediante mayores déficits fiscales vista la esperada desaceleración (por algunos) de la economía estadounidense y la aparente reticencia a rebajar de la tasa de fondos federales.

Los movimientos en sentido contrario en las tasas de los países se deben a que las tasas reflejan expectativas distintas. En EE. UU. están indicando un posible cuadro de estanflación mientras que en R.D. luce que hay preocupación con la divisa y el déficit fiscal, similar a China.

En coyunturas como esta lo recomendable es suavizar las sorpresas en subastas sin intimar una defensa de la moneda más allá de pequeñas alteraciones, enfatizando factores reales positivos -como medidas de equilibrio fiscal o aumentos en las exportaciones- para evitar impulsar a los agentes económicos a estrategias más volátiles en el complejo escenario actual.

Economista Senior de firma Intelligent Economics.