Valle Nuevo en año nuevo

En los primeros días de enero, los internautas esperan que aparezca en las redes alguien que asegure que “está nevando en Valle Nuevo”.

Este año no fue la excepción, pero no apareció ese influencer o posteador que nos diera las indicaciones para celebrar la caída de nieve como ocurre en Canadá o Alaska.

Por cierto, conocí en Año Nuevo a una persona que tiene un amigo que consiguió trabajo como ranger en una distante y exótica Alaska. Como se ve, no es ranger de Texas, sino de Alaska, tierra de Sarah Palin, la abanderada del Tea Party.

La historia de este dominicano requiere de un artículo aparte, pero ya adelanto que este conoció a unos amigos que le consiguieron este importante y singular trabajo. Algunos me dicen que se necesita alguna licencia para ser ranger o vigilante, algo procedimental, y alertan que es bueno indicar que el entorno de aquel lugar es harto diferente a otros lugares del planeta.

Por esta época, todos los años se nos decía que había caído un poco de nieve o escarcha en Valle Nuevo, algo que han escuchado los especialistas en meteorología. En mi viaje reciente a Constanza detecté un clima agradable, pero nada de tiritar ni de emplear grandes abrigos invernales.

En este recorrido, pude detenerme en la Reserva Científica Ébano Verde, que cuida la familia Armenteros, donde se nos narra que todos los años viene desde el norte del planeta una enorme bandada de aves que permanece en esta reserva hasta otra temporada del año, cuando hacen su regreso hacia el norte.

Estoy a la espera del video en redes sociales donde se nos diga que cayó escarcha sobre las hojas de los fríos árboles. “Se graba lo que se puede”, me dirá alguno de los interesados. Sí hemos recibido la noticia de un incendio forestal en la zona del Limoncito, siniestro que fue apagado de manera exitosa por los bomberos.

Entre muchos otros, el amigo que detecta nieve en Constanza debería ser entrevistado por algún medio o por la mismísima fortaleza del COE, o de Meteorología, ahora Indomet, para así tener las pruebas en las manos. Haría un elogio al Barón de Eggers, explorador botánico danés, que vino a Constanza en 1887 enviado por la Academia de Ciencias de Berlín, y en ese mismo año estuvo en las Islas Turcos y Caicos. El Barón de Eggers cronometró lo que vio en esta entonces pequeña aldea de unos pocos habitantes.

Es interesante que en Valle Nuevo el frío se note en otras épocas del año, lo que, en conjunción con un candente sol, permite una sensación agradable y única que es un plus para los viajeros.