Las misiones de J.F. McGurk

La historia económica dominicana a través del libro clásico del sector privado

En una caja que ha preservado importantes misterios, hemos encontrado un viejo libro que da cuenta del avance económico del país. El foco del libro está en las décadas anteriores y posteriores a 1970. Desde su publicación, estos documentos tenían muchos años sin una mano puesta en sus páginas.

Un verdadero clásico de la literatura económica dominicana, el libro no ha sido estropeado por el tiempo. Cuenta en sus páginas toda una serie de detalles de una economía que comenzaba a dar señales de potencia, versatilidad y trabajo. Es notorio que los números de este libro, titulado Impacto del Sector Privado en la Economía Dominicana, sean esenciales para tener una idea de lo que nos pasaba en los años ochentas y setentas del pasado siglo. Desde la decapitación de la Era de Trujillo hemos vivido con atención a nuestro desarrollo: toda la sociedad siente hoy que el esfuerzo ha valido la pena.

Con una visión que privilegia la estadística, en el texto se nos da cuenta de un montón de variables económicas y rubros que distan mucho de lo producido por el país en épocas coloniales. Las exportaciones y las importaciones son materia de estudio, así como datos tan importantes como el avance del sector turístico. En otros años, si miramos muy hacia atrás, nos daremos cuenta que el país llegó a producir antes de la independencia un montón de rubros característicos: cacao, café, tabaco, azúcar, maderas. Más hacia delante, en la Era de Trujillo el avance es notorio como han deletreado nuestros historiadores económicos. Podemos decir que Trujillo no era economista pero comprendía muy bien los asuntos económicos.

En un esquema que intenta desentrañar las principales variables históricas, estamos hablando de una economía que fue diversificándose. En todos estos años también puede hablarse de un continuo crecimiento. Hasta hoy, decimos que ésta se incorporó al mundo y ha dado señales de madurez. Podemos convertir este análisis retrospectivo en una versión histórica si tomamos los indicadores e investigamos lo que ocurría con ellos en gobiernos muy anteriores a los nuestros. Nuestros historiadores han estudiado las leyes de incentivo. En los años de la colonia tuvimos otro tipo de economía.

En los años 40 del pasado siglo, hubo un momento de la economía dominicana donde se luchaba por tener una moneda criolla y un Banco Central. Este proceso histórico, que algunos han estudiado al detalle, puede verse claramente en los papeles de J. F. McGurk que ha publicado Bernardo Vega en su Colección de Documentos del Departamento de Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas (año 1945). Lo que también está claro como un día soleado, es el proceso mediante el cual el Banco Central es instalado. Son notables los hechos que envolvieron al Dr Triffen en la discusión de la instalación de un Banco Central en nuestro país. Son también notables los papeles confidenciales sobre la Trasmisión de Reportes preparados por el Dr Triffen de la Junta de Reserva Federal.

Muchos años después, somos testigos de una institución que tiene como axioma el control de la inflación y la emisión monetaria. Pero hubo una época en la que se dudaba de todo y la idea de un Banco Central sólo se tenía como una suerte de meta que finalmente fue alcanzada por el país un 9 de octubre de 1947 de conformidad con la ley orgánica No.1529 para bien de las generaciones futuras (que somos nosotros). Muchos años después, podemos decir orgullosamente que nuestro Banco Central ha sido un certero regulador de nuestro progreso. Sin un banco, las cosas son más difíciles.

Como si se tratara de series estadísticas nostálgicas, es cierto que los números que da aquella publicación de Acción Empresarial, nos lucen hoy bastante lejanos. Sin embargo, sirven para tener una idea de la historia de un proceso que ya ha sido estudiado con una perspectiva crítica. Esto evidencia la importancia que le dan nuestros autores al proceso que se ha vivido en los últimos 40 años. 

En los años ochentas, los autores del mencionado libro sobre el impacto del sector privado en la economía tenían bien claro que utilizar el término boom del turismo era algo arriesgado. Sin embargo, se ha demostrado que fue una buena interpretación como ocurrió a aquellos dominicanos que lucharon por la creación de una moneda criolla. Hoy tenemos un Banco Central que se ha convertido en un referente internacional (favorable ha sido el análisis de la revista The Banker).

Más de tres décadas después de la publicación de este libro, los dominicanos que van a los hoteles se han dado cuenta que se duda mucho que exista otra experiencia de confort y disfrute mayor que la de unas vacaciones largas en uno de estos hoteles que ofrecen fantasías bastante cumplibles de descanso y placer. Los habitantes de 1920 no tenían una idea clara de este desarrollo y aún nosotros nos asombrarnos de lo que hemos obtenido con un futuro que luce auspicioso.

En ciudad Trujillo, el 2 de junio de 1945, J. F. McGurk escribía al honorable secretario de Estado en Washington para explicarle las necesidades del país en materia financiera. Terminaba el mencionado su nota confidencial diciendo que "yo le recomiendo con apremio al Departamento que le de una consideración favorable a la solicitud y, que si es posible, la complazcan..obviamente las propuestas son de una importancia fundamental para la economía básica del país y, además del asesoramiento ofrecido a las autoridades dominicanas, parece ser un asunto de nuestro interés propio que nos aseguremos que cualquier propuesta que sea adoptada, de acuerdo a lo indicado, sea sólida. Si los dominicanos no tienen éxito en obtener el asesoramiento deseado de los Estados Unidos, pueden muy bien buscarlo en cualquier otro lugar, con la posibilidad de que el consejo que puedan recibir de otras fuentes no sea desinteresado".

Luego de discusiones técnicas y políticas, es evidente que la asesoría fue lograda y pudimos sortear el recorrido de la creación de un Banco Central. Una interpretación internacionalista nos aclarará que algunos países europeos no hacen política monetaria sino fiscal. Dejan todo ese trabajo al Banco Central Europeo que es quien emite el euro. Toda economía responde de acuerdo a sus circunstancias.

Con una estructura turística sólida, las divisas que hoy recibimos de los turistas son maravillosas para una economía que crece y un sector que se muestra más robusto en términos de calidad. Como en el caso de la serie mencionada en el primer párrafo de este artículo, el turismo se ha convertido en una especie de adn de nuestro país en términos económicos y sociales.

Para entender lo actual de estas dinámicas históricas, es interesante ver el tema en función de nuestras versiones. También es destacable la versión que ofrecen un gran número de visitantes que eligen el país para más largas estadías. Tengo en la memoria ese ex militar norteamericano que tiene una página donde instruye a sus colegas a vivir fuera de los Estados Unidos. Sin dudas nuestras locaciones son tomadas en cuenta en el marco de viajes al exterior y el claro proceso de encontrar destinos donde la vida se haga más apacible, fructífera y provechosa. Quizás McGurk y Triffen sospechaban esto y sabían que nuestra economía crecería en los años que seguirían a 1947.

El autor es mercadólogo, escritor y melómano nacido en 1974.