De vuelta al Rig Veda
La conexión entre pasado y presente, el Rig Veda como guía para el bienestar
Hay una frase del Rig Veda que me parece memorable: “que los pensamientos nobles vengan a nosotros de todas partes”. Este libro está compuesto en sánscrito y es considerado el más antiguo dentro de la tradición védica. Data del 1500 antes de Cristo.
La frase está en un capítulo de un libro que siempre tengo presente cuando se trata de asuntos de salud. Como es bien sabido, la filosofía ancestral nos provee de este conocimiento que capturamos con el correr del tiempo. Encuentro esta joya y la comparto ahora como una manera de introducir estas palabras.
Cito aquí dos frases más, una proveniente del Siddartha de Hermann Hesse: “dentro de ti existe una quietud y un santuario al que puedes acudir a cualquier hora y ser tú mismo”. Y otra de los Salmos: “quédate quieto y verás que yo soy Dios”. Salmos XL.VI. 10.
La palabra veda tiene su equivalente en las palabras latinas vedere y veritas y las palabras españolas ver y verdad. Si nos embarcamos en el conocimiento de este texto será importante que busquemos el libro de historia The Rig Veda and the History of India de David Frawley. Si queremos ir más allá, será notable que busquemos entonces a The Homeland of the Aryans y el libro de Talageri: The Rig Veda: an historical analysis.
Es interesante destacar que la traducción del Rig Veda al inglés de Ralph T.H.Griffith data de 1896, pero hay otras traducciones como la de Maurice Bloomfield y la de William Dwight Whitney. Algunos indican que la mejor traducción es la de Karl Friedrich Geldner de 1923.
La versión de Max Muller podemos considerarla clásica, The Hymns of the Rig Veda with Sayanas commentary en 6 volúmenes, Londres: Oxford, 1890-1892. Debemos hacer notar que en algunas tradiciones de estudio del libro se enfatiza en una interpretación ritual del mismo, según las épocas y los autores, hasta llegar a una interpretación más mística o simbólica.
Destaco aquí que los dioses del Rig Veda son varios: Agni (el fuego sagrado), Indra (un dios heroico), Soma (la poción sagrada), Mitra (amigo o aliado), Varuna (regulador del orden universal), Ushas (la aurora) y los dos Ashwin. Ahora, luego de ver esto, demos un salto a lo contemporáneo:
Lo primero es destacar que no practico el Hinduismo. Sin embargo, sí tengo claro algo: las antiguas tradiciones son un ámbito donde uno puede aprender asuntos bastante hermosos. Lo mismo ocurre también con la civilización egipcia o la ateniense de antiguas épocas. Por eso, uno se queda con una impresión indudable: se debe dedicar un tiempo a estas tradiciones. De modo que el Hinduismo, el Budismo y otras religiones, en sus libros sagrados, nos proveen de otro universo.
Como me decía una persona, estamos en una época donde “todo” se obtiene –entrecomillo todo–, a través de las redes. Como no harían los hombres del Nerdental, nos acostumbramos a buscar cualquier dato en nuestro celular: la gente que habita en Blangladesh, algún dato sobre la economía de Singapur o algo sobre la salud de los envejecientes.
Alguien me ha dicho que los estudiosos bíblicos deben tener información sobre lo que ocurría en la salud de las antiguas poblaciones (por aquello de que todo está en la Biblia). Lo que sí sabemos es la dinámica de algunas sociedades arcaicas: cómo se comportaban, cuáles eran sus creencias y cuáles eran sus promesas.
No eres médico pero sabes muy bien que en el supermercado hay un pasillo donde se vende todo tipo de productos que prometen ponerte más joven. Hay una lucha por retrasar la vejez que según dice alguien, es más larga que nuestra juventud.
En nuestras modernas ciudades, han proliferado las tiendas donde se vende de todo: los suplementos dietéticos que nos prometen una mejor salud porque al cuerpo, así como hay que darle sus gustitos, hay que darle su ayudita.
Tengo un libro que tiene claro esto: los seres humanos, desde hace muchos años, desde las primeras tribus, intentan mejorar la salud de diversas maneras. De ahí que uno de los capítulos de ese libro sea Dieta y Destino. En estas páginas se hace un análisis sobre nuestros hábitos. ¡Los estudios que nos hacen recomendados por los médicos son necesarios, que le vamos a hacer!
Recibo un correo prácticamente a diario donde se me dice la respuesta a una pregunta que es elegida entre las mas proclives a ser publicadas. La pregunta puede ser sobre el comportamiento de tales individuos de tal nación. La respuesta llega de otra parte y se entiende que ésta surtirá efecto en los internautas.
No me recomendó nadie que tuviera este newsletter: no ocurre como en el caso del adoctrinamiento político o las políticas de coyuntura. Se trata de otra cosa: recibes el newsletter y te plantas a leerlo como una manera de descifrar lo que opina alguien sobre el clima en New York, o sobre la manera en que ciertos ciudadanos opinan sobre la gastronomía de un país, comparando los precios y la experiencia de los viajes.
Tengo un amigo que recientemente posteó un comentario en las redes en las que participa: la intención era diseccionar la manera en que analizamos nuestra salud.
Varios libros me llegaron donde se discute cómo las enfermedades pueden ser evitadas hasta una cierta edad: no andamos teniendo 120 años, pero aseguraba un posteador que hay lugares –Japón, California, etcétera–, donde al parecer la gente vive más, algo que está comprobado con estudios.
Muchos se preguntan cómo pueden llegar a vivir 100 años como si esta fuera una meta: ¿luego qué? Es cierto también que puede vivirse una vejez en plena salud: retrasar las enfermedades, llevar una vida adecuada es una de las metas del hombre moderno. Podemos encontrar una gran cantidad de libros que se publican cada año con la promesa sentida: volvernos más jóvenes, al tiempo que experimentamos con un microchip insertado en nuestros cerebros para dominar la telepatía.
Y la gente se pregunta de todo: por qué el cielo es azul, por qué los americanos no regresaron a la Luna, o por que esa actriz no tuvo nunca un hijo. De modo que hacemos preguntas que son rápidamente contestadas por el navegador como si se tratara del consultorio de un brujo, un curandero de esos que hay en los campos del país y que ofrecen soluciones con algún brebaje. Ahora tenemos Chat-Gpt, el brujo moderno que promete respondernos cualquier cosa, o las que quiere.
Los taínos es sabido que tenían hechiceros como debieron haberlo tenido los mayas que se sabe muy bien que tenían un conocimiento excepcional sobre el curso de los astros.
Queremos saber la fórmula para multiplicar nuestros recursos, la manera más efectiva para viajar al fin del mundo y una que otra señal sobre la vida eterna. En pleno Santo Domingo, ya casi una gran ciudad, el Rig Veda nos ha servido para algo. En tiempos de debates electorales, un poco de filosofía no está muy lejos con lo que hemos demostrado la utilidad de algo que por lo general se considera lejano, aéreo, inapresable, etéreo. Pero lo cierto es que es parte de la vida!
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