Árabes de Elhimani

La influencia y contribución de los árabes en la sociedad dominicana

Historia de los comerciantes árabes en la República Dominicana. (Fuente externa)

Pese a giros despectivos del publicista Juan Antonio Alix, al referirse en una de sus décimas a los árabes que practicaban el comercio ambulatorio en nuestros pueblos con atractivas ofertas, el propio Cantor del Yaque se resistía en 1903 a favorecer su extrañamiento. “Pretender que al siriano/ se le bote de nuestra sierra/ eso nada más lo encierra/ un juicio que no está sano.” Esfuerzos hubo para orillarlos, pero la destreza y laboriosidad –la fórmula árabe- de esta gente venida del Levante a echar raíces, se impusieron. Asentándose en Santiago, Santo Domingo, San Francisco, Moca, San Pedro, La Romana, El Seibo, San Juan y Las Matas, Barahona, entre otros lares.

Así lo confirma la obra Santo Domingo de Ayer y Hoy (1934) de Kassim Elhimani. La cual resalta, entre miembros destacados de la colonia árabe en Santiago, a Badui M. Dumit, quien operaba en la calle del Sol 72, con capital pagado de $200 mil, como importador, exportador y almacenista. Especializado en telas, con énfasis en algodones, era distribuidor “único” del arroz Bogaert, renglón esencial en su fortuna. Considerado “el más acaudalado de los comerciantes árabes”, ya en 1920 el Libro Azul de Santo Domingo afirmaba que poseía “seis buenas casas”. Una “mano pródiga para el bien” conforme Elhimani, ayudó al desarrollo urbano y presidió la Sociedad Unión Libanesa, dotándola en 1922 con mobiliario de EEUU y un nuevo local en inmueble de su propiedad. Reconocido por la comunidad, con Trujillo a la cabeza.

Z.C. Howley, casado con Adela Dumit, hija de Badui, era ponderado como “árabe modelo”, afable, de espíritu progresista, quien “vino a Santo Domingo muy joven, se ejercitó en el comercio con éxito, y unió su suerte a una buena compañera”. Amante de las letras, Howley había “estampado su nombre al pie de sus producciones literarias”. Una página de Santo Domingo de Ayer y Hoy capta imágenes de atractivas parejas. La de Luis Zouain, presidente de la Compañía Maderera Dominicana, y Salime Hued Tallaj, nacidos en el Líbano con las mejores relaciones arraigadas en Santiago -siendo Zouain “elemento de vastos conocimientos en el ramo de las industrias”. La otra imagen, de los esposos Antonio P. Haché y Catinga Zogbi, distinguidos dadas sus “prendas morales y obras de bien colectivo”.

Asentaba Elhimani, como lo hiciera en su libro Los Emigrados de 1940, a Elías Cheij, miembro del alto comercio de Santo Domingo, ex vice y presidente del Centro Sirio, unido a Anice Najjar, “esposa colaboradora en las faenas de su compañero”. Junto a Nicolás Cheij, a la sazón cabeza del Centro Sirio y casado con Clara Kourie, formaba Cheij Hnos. que operaba La Siria, almacén de tejidos y fábrica de ropa, en la Presidente González (La Atarazana). Importaban casimires y driles, vendiendo al por mayor y al detalle telas de fantasías para damas, artículos para caballeros y niños, corbatas muy finas, sombreros y zapatos, “fluses de Casimir, Minerva y Palm-Beach”.

La obra trae foto familiar de Nemen N. Terc y Rosa Risk, prominente activo de la colonia árabe establecido en la 27 de Febrero (El Conde) 104-106 dedicado al comercio y al transporte naviero, junto a sus hijos Nicolás y Rosita, “ambos devotos de la música, hábiles ejecutantes del piano”, y Miguel José, estudiante aprovechado de la Escuela Normal y campeón de billar, inmortal de ese deporte.

También aparece foto y anuncio de Antonio Mansur, de la razón social A. Mansur Hermanos, importadores almacenistas radicados en Independencia 31 y 33, en San Pedro de Macorís. Dueños de La Venus, “gran establecimiento de lujo” con variedad en quincalla, tejidos de algodón y de seda, y 31 años de servicio. “La más acreditada en artículos de fantasía. Las últimas creaciones para grandes ocasiones como Reuniones, Bailes, Sociales”.

Una imagen registra a Andrés Yejes, dinámico directivo del Centro Sirio y persona culta. Otra resalta a Aris Azar, “hace muchos años residente en S.F. de Macorís”, conceptuado como “la figura de mayor relieve dentro de los árabes y de excelente posición entre los dominicanos: poeta, orador y polemista”, quien llegaría a dirigir Bellas Artes. Una más retrata a los esposos Jaar-Abraham, acompañados de sus dos hijos menores Afif y Alberto: “son ellos ejemplos de laboriosidad, dedicados al trabajo dignificador y al cultivo de una familia que recibe su educación en la patria lejana”. Issa K. Jaar se anunciaba en la obra como importador almacenista de manufacturas americanas y europeas, radicado en la 27 de Febrero (El Conde).

En El Conde esquina Espaillat se halla hoy el Edificio Jaar, antigua sede de la Curacao Trading Co., la KLM y el Consulado de Holanda. Tras la caída de la dictadura, la agrupación estudiantil FURR en la que militaba, identificada con la izquierda democrática, mantuvo su local allí, al igual que la emisora RPQ, por la cual transmitíamos Termómetro Estudiantil. Tras la Guerra de Abril, esa esquina fue testigo de tensas confrontaciones entre las tropas americanas que ocuparon la Zona Constitucionalista y jóvenes universitarios que cívicamente nos resistíamos.

Don Manuel Yabra y su consorte Amanda Yege tienen foto en el libro. El primero señalado como “miembro prominente de la colonia con extensas relaciones sociales y muy sólido crédito”, directivo de la Cámara de Comercio. Con anuncio de su establecimiento de importación de ropa y mercancías en general, sito en Isabel la Católica 82 con sucursales en Presidente González 23 y la 27 de Febrero (El Conde) 121. Fabricante de “Fluses de Casimires y Palm Beach y Driles de Hilo para Hombres y Niños. Telas de Fantasía, Medias de Seda y Mercerizadas para Señoras”.

Sendas fotos figuran de Antonio Haché, “distinguido miembro de la Colonia Siria de San Pedro de Macorís, cuya actividad en el comercio y relaciones sociales despiertan vivas simpatías”, y de Kety de Haché, ponderada por su cultura y “una gran devoción por los nuevos horizontes que reclama la mujer en el seno de la sociedad moderna”. Propietario de La Flor de Syria, fundada en 1909 en Macorís en los ramos de tejidos y quincallería con “fábrica de camisas movida por fuerza motriz”, en Independencia 24. Integrantes señeros de la colonia en esa ciudad se mencionan a José Kousa, de la Cámara de Comercio, Antonio y Emilio Mansur, Demetrio Hazim, Juan Hazim, presidente del Centro Sirio de allí, Jorge Hazim y Jorge Haché.

Referidos por Elhimani en rol de liderazgo aparecen Alejandro Chabebe, presidente de la Cámara de Comercio de San Francisco de Macorís, Wadi José Acra, Elías y José Asilis, Andrés Lajam e Isa Kalaf. En Moca alude a Nicolás Resek –con retrato y casa establecida en 1912 como exportador de café e importador almacenista- y a Sadik Baba. También menciona a Nicolás Chain y Antonio Pablo, que se situarían en el Este.

En Santiago, Shadalá & Co. C. por A. se anunciaba como fabricante del “famoso jabón marca Gallito, el de mayor circulación en todo el país”, dueño además de la Licorería No.11. Mientras que Antonio P. Haché, C. por A., en Duarte 33, con teléfono 4-3-5, se promovía en provisiones (arroz, azúcar, manteca, aceite), efectos de construcción y mercería, “renovadas todas las semanas”. A los agricultores ofertaba alambres de púas, delgado Indio y liso para empalizadas, grampas, clavos, incluidos los llamados Punta de París. A las oficinas, papeles y sobres, “seguro que a la mitad de su presupuesto”.

Para Santo Domingo, hace hincapié Elhimani en el Dr. Antonio Elmudesi, “reputado facultativo” y en el Dr. César Dargam, “joven de brillante porvenir en la medicina”. Integrantes del Comité Ejecutivo del Primer Congreso Médico Dominicano celebrado del 12 al 15 de octubre de 1932 en el Ateneo, inaugurado por el presidente Trujillo, con presentación de 52 trabajos. Presidido por el Dr. Ramón de Lara, rector de la Universidad, el Comité lo completaban los galenos Pedro E. de Marchena, Julio Ernesto Lyon, Tomás Pastoriza Valverde, Parmenio Troncoso de la Concha, Manuel E. Perdomo, Viriato A. Fiallo y Fabio Mota. Siendo jurados, los doctores Arturo Grullón, Fernando Defilló, Jacinto Mañón y Gilberto Gómez.

Luis Scheker (Hane), nacido en Santo Domingo de origen libanés hijo de Gabriel S. y María H., es referido por Elhimani como “inspirado joven de acción”. Aludiendo a un protagonista de la 2da generación, funcionario eficiente y probo (Aduanas, Finanzas y Banco Central), culto y con liderazgo en la dinámica del Centro Sirio. Formó familia en San Carlos con la dama banileja Ana Ortiz Peña: Luisito (presidente de la Academia de Ciencias, del Club Libanés-Sirio-Palestino y del Pabellón de la Fama, ex vicerrector de la UASD y secretario de Deportes, selección nacional de beisbol) y sus hermanos Luisiana, abogado como Luisito y Heriberto (Eric), arquitecto. Una familia a la cual estoy raigalmente ligado.

En las páginas finales de Santo Domingo de Ayer y Hoy se insertan varios anuncios. Una fábrica de harina de trigo de Puerto Plata, con “surtido de afrecho para la exportación”, del empresario H.P. Krippene, fabricante de las pastas alimenticias Non Plus Ultra. La Compañía Maderera Dominicana de Luis Zouain, con capital de $10 mil, Carretera Santiago a Luperón Km 2, fabricantes de tacones de madera para calzado. El Hotel América, “completamente reformado”, sito en Calle Colón (Las Damas) 9, con cuartos especiales con servicio sanitario, próximo a las oficinas públicas, bancos y correos. Y una “deliciosa terraza con preciosa vista al Río Ozama y Mar Caribe”.

En Macorís del Mar estaba el Gran Hotel Savoia (antes Universal), en Duarte 25-27, reformado con “70 amplias y cómodas habitaciones con todo el confort”, salón recreativo para pasajeros y plan europeo y americano. Mientras La Elegancia de Francisco Y. Ulloa, en la 27 de Febrero (El Conde) 103, ofertaba trajes confeccionados por “sastres-artistas”. Que ya puestos podían servir para protagonizar una imagen perdurable, captada por la magia de los afamados Hermanos Senior: “los mejores fotógrafos” de la ciudad del Ozama, con “especialidad en retratos en colores naturales al oleo y ampliaciones en sepia”.

Todavía la bucólica urbe que dormía siesta metódica no se imaginaba lo que vendría después…

José del Castillo Pichardo, ensayista e historiador. Escribe sobre historia económica y cultural, elecciones, política y migraciones. Académico y consultor. Un contertulio que conversa con el tiempo.