Impaciencia creciente

Perú muestra una cifra poco envidiable. Ha tenido cinco presidentes en seis años

En épocas de crisis, las elecciones pueden ser un rayo de luz en la oscuridad. Si la población culpa al gobierno de turno por los problemas que la agobian, la esperanza de votar en contra del partido gobernante en los próximos comicios ayuda a preservar la paz social, al atenuar la percepción de que el camino a seguir es recurrir a manifestaciones de protesta, propensas a culminar en hechos de violencia.

Esa esperanza, sin embargo, tiene un límite. Si sucede que la misma historia se repite una y otra vez, la población va perdiendo gradualmente la confianza en que la vía electoral sea efectiva para que un mejor gobierno llegue al poder. En esas circunstancias, el nivel de paciencia y tolerancia disminuye drásticamente, y se procura conseguir cambios inmediatos por los medios que estén disponibles.

Perú muestra una cifra poco envidiable. Ha tenido cinco presidentes en seis años. En cada caso, las promesas de los gobernantes no fueron cumplidas, acusaciones de varios tipos de delitos se acumularon sobre ellos, y la gravedad de los problemas aumentó. En un contexto político muy fragmentado, se ha hecho común anticipar que el presidente no durará en el poder los cinco años que la constitución del país establece como período gubernativo.

El turno le ha tocado ahora a Pedro Castillo, elegido en julio del año pasado. Siendo una figura política no tradicional, maestro campesino y líder sindical, prometió reformar la constitución, redistribuir la riqueza mineral y sacar al país de las garras del Covid-19 y sus consecuencias económicas. La realidad, no obstante, es que su agenda gubernamental se ha quedado empantanada en el Congreso, donde la oposición es mayoritaria. Se le acusa de corrupción e “incapacidad moral”. Ha hecho tantos cambios en el gabinete que ya la gente ni sabe quiénes son los ministros. Enfrenta una investigación por obstrucción de la justicia. Hay huelgas por el alza de precio de los combustibles. Y su índice de aprobación ha bajado al 30%.



Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.

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