Una sola meta

La forma más clara de apreciar el fracaso de nuestra elite gobernante es su incapacidad en lograr cumplir un solo objetivo nacional. La República Dominicana no se ha propuesto -y por ello no ha logrado- resolver un solo problema o conquistar una sola meta tangible en estos casi 60 años de vida “democrática”.

Varios ejemplos para que se entienda lo que digo: en 1970, los indicadores económicos de Corea del Sur eran todos más bajos que los de nuestro país. Hoy, la nación asiática nos supera en todos los renglones y como prueba nos ha llenado las calles de automóviles y las casas de electrodomésticos. ¿Dónde están los fabricados aquí?

Hace cuatro décadas Taiwan decidió que todos sus estudiantes saldrían de las escuelas hablando un idioma adicional al chino. Por supuesto, la mayoría adoptó el inglés y nosotros que vivimos del turismo no hemos podido lograr esa pequeña meta que no perjudica a partido alguno y que nos beneficia a todos.

En Curazao, una islita que cabe en Villa Juana, los estudiantes salen hablando Papiamento, el idioma local, holandés, inglés y español, y son negros igual que nosotros.

Todo esto lo que demuestra es que nuestra elite, económica y política, no ha pensado en el país sino en su propio bienestar. Que no les ha interesado siquiera el futuro de sus hijos y nietos.

Si hubiésemos solucionado un solo reto en cada década, aquí no tuviésemos problemas de energía eléctrica, de tránsito, de educación ni de salud. Qué pena.

atejada@diariolibre.com

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