Sin un mapa de ruta

Posiblemente lo que más falta le hace a nuestro país en este momento es un mapa de ruta. Algunos dirán que ese mapa es la Estrategia Nacional de Desarrollo, pero ese documento no puede serlo por las influencias que tuvo y por lo cual nadie parece hacerle caso.

Para que se establezca ese mapa es imprescindible la influencia de una elite con una visión integral que busque eliminar los vicios del pasado y que pretenda dirigir esta sociedad hacia estadios de institucionalidad que permitan su funcionamiento de acuerdo con la ley.

La ausencia de ese mapa es lo que explica que la elite empresarial, por ejemplo, se comprometa a soluciones coyunturales, en vez de conducirse por caminos institucionales más amplios.

Varios casos explican la necesidad de esta visión: con la aprobación del 4 por ciento para la educación, el énfasis se ha puesto en las edificaciones y en mejorar las condiciones económicas de los maestros. Estas son cuestiones importantes pero que no se enfocan en el tipo de educación que requerimos para enfrentar los retos del futuro. Lo mismo con el aumento a los médicos, que tampoco tendrá influencia en el tipo de servicio de salud que queremos para la población.

Ejemplos adicionales incluyen a la UASD, el transporte, la promoción humana, la Justicia y un largo etcétera.

El país requiere de una visión moderna, integral e inclusiva, no la visión de la política pequeña, de las electoral, o de la venganza contra los rivales políticos.

Muchos piensan que esa política a largo plazo no gana elecciones y yo pienso que es todo lo contrario: que la gente votaría abrumadoramente si se le explica un plan detallado y se aplica sin politiquería. Los beneficios que se obtendrían comprometerían a los electores a no mirar hacia atrás. Hagan la prueba.

atejada@diariolibre.com

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