Lavado de dinero y sistema político
Es conocido que uno de los propósitos de las organizaciones criminales es tratar de penetrar los sistemas políticos para ponerlos a trabajar a su favor, tema de la mayor importancia ahora que se discute la ley de partidos.
Las organizaciones criminales producen mucho dinero en efectivo que necesitan “limpiar” para que entre al sistema financiero legal y para ello utilizan numerosos recursos e instituciones del mercado formal e informal.
Esto último es una pieza de vital importancia para el lavado del “menudeo” a través de pequeñas empresas en los barrios que no pagan impuestos y que producen mucho efectivo. De hecho, el término “lavado” de activos surgió de las lavanderías en los años de 1920 en los Estados Unidos, utilizadas por la mafia para limpiar el dinero de sus actividades ilícitas.
Todo esto viene a cuento porque en el Congreso Nacional se está conociendo un proyecto de Ley Contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo, que deroga la Ley 72-02, y en el mismo se han eliminado las bancas de apuestas como sujetos de lavado, aunque se mantienen los casinos de juego.
Uno de los argumentos es que existen miles de bancas informales en el país, por lo que es muy difícil darles seguimiento. Si ese es el argumento, tampoco se debieran perseguir los miles de puestos de drogas ni los ladrones de celulares en motocicletas. Por favor.
Todo el mundo sabe que en este país la mayoría de bancas están dirigidas por conglomerados y que varios representantes de esos grupos han sido electos diputados y senadores. Por tanto, lo inteligente y sensato por parte de los legisladores sería no tocar aspecto alguno que pueda beneficiar esa actividad. Piénsenlo mejor, honorables.
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