Caer en las redes

Las redes sociales han cambiado drásticamente la forma de comunicarnos, especialmente la de los más jóvenes que ya ni siquiera hablan por teléfono.

Para los periodistas han cambiado algo más. Primero, la manera de llegar a nuestros lectores. La forma de brindar información. Los tiempos de trabajo, el estilo. La inmediatez obliga a un determinado contenido y otros géneros que requieren más reflexión o tiempo de preparación tratan de adaptarse. Además el lector quiere y busca información continuamente, a todas horas, en cualquier parte. Más, siempre más información.

Pero ha cambiado también algo tan importante o más que eso: las redes permiten a los funcionarios, a los famosos, a los políticos brindar la información que ellos quieren que se transmita. Piensan en controlar el mensaje sin pasar por el micrófono o la grabadora de un periodista.

Las redes amplifican lo que quieren que se diga de ellos, controlando su voz e imagen al máximo. Nadie les podrá hacer una pregunta incómoda, una entrevista inquisitiva. Pero no es tan sencillo, las redes tienen sus códigos y no siempre son tan dóciles.

Algo más. Las redes han cambiado radicalmente el sentido de la intimidad. Ser discreto, reservado, tener secretos. No exponerse todo el tiempo a la mirada ajena, a la opinión ajena, al comentario ajeno es algo que ya una generación no entiende.

Eso tiene que afectar de alguna manera (¿a mejor, a peor?) las relaciones interpersonales. Ya se verá...

IAizpun@diariolibre.com