EL semanal

El acertijo de esta semana, sin duda, es la saga/fuga de la charla de Mr. Mike Pompeo. ¿Quién y por qué le dijo al ex Secretario de Estado de EE.UU. que era una buena idea desplegar sus conocimientos tecnológicos en una charla con José Gómez Canaán? ¿Nadie en la Embajada pensó en ponerle al tanto de las complejas interpretaciones que podían darse al show?

La semana empieza y termina con estruendosas puestas en escena que no ayudan a resolver EL acertijo. Adivinanza que por muchas pistas que nos den parece cada vez más difícil de resolver. ¿Qué ventajas específicas ofrecía la empresa AURIX para que el gobierno de Danilo Medina entendiera que era una buena idea (y van dos) beneficiarle con un contrato que incidía en la seguridad nacional y las informaciones confidenciales? ¡Y en la transición, después de perder las elecciones de mayo de 2020! ¿Es todo esto un mal guión de una  película de espías a tres bandas?

Dice Hugo Beras que en el contrato de Intrant con Transcore Latam fallaron todos los controles institucionales… ¿Es creíble que el Estado se equivoque tanto al supervisar un contrato de más de 1,300 millones de pesos con una empresa cuyo dueño había ya tenido problemas legales con informaciones confidenciales?

Si el trasfondo de todo este embrollo no fuera tan peligroso sería muy divertido. En realidad no sabemos todavía quién engañó a quién. Eso vale para el contrato del Ministerio de Defensa, para el del Intrant y para la performance de don Pompeo.

Como daño colateral, un sentimiento de que la autocensura se extiende. Nadie parece muy dispuesto a preguntar directamente -mucho menos a contestar- cómo pudo llegar todo este asunto tan lejos.