Alcaldes

Pocos candidatos se deciden a hablar sobre los problemas locales. Al contrario, los políticos que trabajan a escala municipal suelen ser proclives a hablar de "alta" política. Es más sencillo hablar de generalidades ("la mujer, la pobreza, los valores, el cambio climático"...) que resolver hoyos, bocinas, basura y tráfico.

Y no es porque la política municipal sea menos importante. Los problemas cotidianos que enfrenta el ciudadano son un campo de trabajo fantástico para los políticos con aspiraciones más altas.

Pero desperdician la oportunidad. El ruido, la basura, el tráfico, las invasiones de terrenos públicos y privados, los atropellos, los abusos de los constructores, el irrespeto a las densidades urbanas... poco a poco el desorden ha ido calando en una forma de vida urbana (y rural) que hace la vida diaria francamente áspera. Si, además, es usted mayor o tiene una discapacidad, un imposible.

El dominicano es sumamente amigable. El país no. Es prácticamente imposible caminar las calles, peligroso "perderse" por sus caminos. Esa dejadez municipal para permitir la suciedad, el inaceptable sistema de transporte público, la pobreza y el abandono de museos y parques son incompatibles con la promesa de un paraíso turístico. El campo de trabajo de un candidato a alcalde o regidor es inmenso, y hoy por hoy está prácticamente vacío de soluciones.

La buena noticia es que ya se siente en la opinión pública un consenso: así no podemos seguir. Los partidos, que tomen nota.

IAizpun@diariolibre.com