Lecciones que aprender

Lo habíamos dicho y ahora lo confirma la encuesta Gallup: la alta abstención en la elecciones municipales se debió mayormente al desinterés de la ciudadanía

Lo habíamos dicho y ahora lo confirma la encuesta Gallup: la alta abstención en la elecciones municipales se debió mayormente al desinterés de la ciudadanía. Desvirtuadas todas esas teorías tremendistas sin otra finalidad que enmascarar la derrota. No fue casual, tampoco un fenómeno coyuntural, sino que se relaciona directamente con las pobres atribuciones que les restan a los ayuntamientos del país. Habrá que buscar nuevas fórmulas para que esas agencias del Estado, y que deberían conducir al ciudadano a una participación más activa en los asuntos de su comunidad, cumplan con un cometido que entusiasme a los votantes.

Se ha sugerido como remedio la reunificación de la elecciones, de manera que el mismo día se vote por todas las instancias. Se reducirían los gastos y el país se libraría de una campaña electoral y todo lo que ello implica. Tiene sentido, hasta cierto punto.

A un lado quedan, sin embargo, las razones fundamentales que explican la importancia decreciente de los cabildos. La antigua institución que nos llegó con la colonia ha perdido esplendor en estos tiempos de presidencialismo y cuidado del centavo presupuestario. Nuestros ayuntamientos sirven para muy poco, excepto para el empleo de zánganos. Las regidurías, que desde el medioevo español se reservaban a personas relevantes, han mutado en canonjías, causa de que que provoquen el apetito de arribistas, riferos y otras especies con capacidad para gastar en campaña para posiciones otrora honoríficas. Eso del concejo municipal, como broma al fin, alienta carcajadas.

Correspondería devolver a los ayuntamientos las atribuciones que les birlaron, pero más fácil votamos conjuntamente por el presidente, los legisladores, alcaldes y regidores que contar con instituciones verdaderamente responsables de todos los asuntos municipales. Seguiremos con elecciones municipales para un electorado desganado.

Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.

    ##ctrlnotaampfooter##