Irán ataca “bases militantes” en Pakistán; Islamabad advierte “graves consecuencias”

Al menos dos niños murieron luego de que seis drones portadores de bombas y varios cohetes alcanzaran las viviendas donde se encontraban los menores y las esposas de sus combatientes, aseguró una declaración del movimiento atacado.

Funcionarios de seguridad paquistaníes inspeccionan a las personas en un puesto de control después de ataques de Irán en esa provincia. (Fuente externa.)

Al menos dos personas murieron luego de que las fuerzas iraníes lanzaran ataques aéreos en Pakistán, contra lo que aseguró eran bases del grupo separatista sunita, Jaish al Adl. Sin embargo, Islamabad afirmó que las víctimas mortales son niños y denunció el asalto como una “violación flagrante” de su espacio aéreo. Teherán eleva así aún más las tensiones en Medio Oriente luego de que en la noche del pasado lunes atacara “objetivos” de Israel en Irak y del autodenominado Estado Islámico en Siria, en respuesta a recientes embestidas en las que murieron miembros de la Guardia Revolucionaria iraní y del Eje de Resistencia.

Irán marca otro punto álgido en Medio Oriente. En la noche del martes 16 de enero, hora local, la Guardia Revolucionaria de la República Islámica lanzó ataques aéreos sobre Pakistán que apuntaron, según aseguró, a bases del grupo separatista sunita, Jaish al-Adl, considerado “terrorista” por Teherán.

Al menos dos niños murieron luego de que seis drones portadores de bombas y varios cohetes alcanzaran las viviendas donde se encontraban los menores y las esposas de sus combatientes, aseguró una declaración del movimiento atacado.

La información sobre las víctimas mortales fue corroborada por las autoridades de Pakistán, que advirtieron a Irán sobre “graves consecuencias” tras calificar estas acciones como "completamente inaceptables" y una “violación flagrante” de su espacio aéreo.

Aunque la declaración de las autoridades paquistaníes no menciona el lugar embestido, los medios estatales de Irán reportaron que las bases atacadas se encontraban en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, cuya independencia es reclamada por el movimiento sunita.

“Estas bases fueron alcanzadas y destruidas por misiles y drones”, señalaron los medios estatales iraníes sin entregar más detalles.

Irán sigue extendiendo sus ataques por la región y, tras los ocurridos en la noche del martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores paquistaní retiró a su embajador de Teherán.

Además, Pakistán anunció que prohíbe el retorno a su país del embajador iraní, quien se encuentra de visita en Teherán. 

"La responsabilidad de las consecuencias recaerá directamente en Irán (…) Este acto ilegal es completamente inaceptable y no tiene justificación alguna. Hemos informado a Irán que Pakistán ha decidido llamar a nuestro embajador en Irán", subrayó la portavoz de la cartera de Exteriores paquistaní, Mumtaz Zahrah Baloch, en una nota.

La declaración de Pakistán añade que los hechos violentos ocurrieron a pesar de que existen varios canales de comunicación entre su Gobierno e Irán

En medio de la escalada de violencia, los miembros de Liga Árabe sostendrán una reunión de emergencia, que discutirá el ataque iraní contra Irak, señaló la agencia de noticias estatal iraquí, que citó al Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque no especificó la fecha ni hora del encuentro. 

Jaish al-Adl es un grupo militante sunita que se opone al régimen chiita de Teherán. El movimiento se encuentra, además, respaldado por Israel, uno de los mayores adversarios de la República Islámica. 

El movimiento sunita-que opera en la porosa frontera entre Irán y Pakistán- ha perpetrado anteriormente ataques contra las fuerzas de seguridad iraníes.

Pero esta es la última señal de una ola de violencia que se extiende por Medio Oriente. En la noche del pasado lunes 15 de enero, las fuerzas iraníes atacaron lo que identificó como un cuartel general de espionaje de Israel, cerca del consulado de Estados Unidos en la ciudad de Erbil, en el norte de Irak. Allí, al menos cuatro personas murieron y las autoridades iraquíes aseguraron que las personas que perdieron la vida eran civiles. 

En esa misma jornada, las tropas de Teherán lanzaron embestidas contra “objetivos” del autodenominado Estado Islámico, en Siria. Según la República Islámica, se trató de una “venganza” por las recientes muertes de comandantes de la Guardia y del Eje de Resistencia, al que pertenece el grupo chiita Hezbolá, tras asaltos israelíes y de integrantes del grupo extremista. 

El mes pasado, tres miembros de la Guardia en Siria, incluido un alto comandante de esa fuerza que había servido como asesor militar allí, murieron por un ataque aéreo israelí, según denunció Teherán. 

Y el pasado 3 de enero, al menos 85 personas murieron y 200 resultaron heridas en un atentado con explosivos durante la conmemoración del cuarto aniversario del asesinato del teniente general Qassem Soleimani, que tuvo lugar en Kermán, en el sur de Irán. El peor atentado en la historia de ese país, que fue reivindicado por el autodenominado Estado Islámico. 

Estos ataques también se producen en un momento de agudas tensiones en la región por la guerra en curso en la Franja de Gaza entre el Ejército de Israel, apoyado por Estados Unidos, y el grupo Hamás, respaldado por Irán y Hezbolá. 

Desde el nuevo estallido en curso del conflicto israelí-palestino, los rebeldes hutíes de Yemen, también respaldados por Irán, han atacado embarcaciones comerciales en el mar Rojo, según asegura, vinculadas al país de mayoría judía o a sus puertos. Ofensivas en apoyo al grupo que controla Gaza y que han amenazado al comercio internacional.

La convulsa situación en la región amenaza con aumentar aún más.