Dominicano sobreviviente a Hamás: "estaba casi 100% seguro que ahí se acababa mi historia"

Randy tiene sangre israelí, pero es nacido y criado en la infancia en la República Dominicana, país al cual recuerda y visita como suyo.

Diario Libre en Israel: testimonio de dominicano que sobrevivió al festival de Nova el 7 de octubre. (Benjamín Morales Meléndez)

Randy es un sargento de francotiradores de las Fuerzas de Defensa de Israel, de sangre israelí, pero nacido y criado en la infancia en la República Dominicana. Está en estado inactivo como soldado, pero ese entrenamiento militar le permitió sobrevivir al ataque de Hamás en el concierto de Nova el pasado 7 de octubre, donde él estaba con un grupo de amistades. Este es el relato que nos hizo, espeluznante. Usamos un seudónimo porque así lo requiere el ejército israelí con sus soldados activos o inactivos, para no ponerlos en riesgo de ser atacados en su vida civil.

¿Cuál es tu relación con la República Dominicana?

Nací en República Dominicana, en Santo Domingo. Me crié ahí hasta los 10 años, el año era 2010 y ahí me mudé a Israel con mi mamá y mi hermano. 

¿Quién es el dominicano, tu familia, tu papá, tu mamá? 

Ninguno, mi papá es argentino, mi mamá es israelí. Se conocieron aquí en Israel cuando mi papá vino a los 17 años y encontraron trabajo en Dominicana, se mudaron y nací yo ahí, y mi hermano. Entonces, sí nos criamos con la cultura dominicana, comiendo mangú en las mañanas, en una escuela que eran todos dominicanos. Mi hermano y yo éramos los únicos judíos, pero no tengo sangre de dominicano en la familia, pero sí nací y viví allí. 

¿Extrañas Dominicana? ¿Te gusta el tiempo que estuviste viviendo allí? 

Sí, sí, me gusta mucho el país, me gusta, mi papá todavía vive entre Panamá y Dominicana por sus trabajos, entonces voy por lo menos una vez al año a Dominicana, mis abuelos viven todavía en Dominicana, mi tío, me encanta ir a visitar, me encanta el país, o sea, sí me gusta mucho vivir aquí en Israel y me gusta la vida que tengo acá, pero extraño muchas de las cosas buenas que tenía en Dominicana. 

Cuéntame, fuiste de esos jóvenes que tuvieron esa experiencia terrible en el festival de música, ¿qué recuerdas de ese día? 

Estaba en ese festival, que era un festival de paz y de amor, con varios amigos, éramos un grupo de como 20 amigos y escapamos de ahí en coche, mientras nos estaban disparando los terroristas. Tengo varios amigos que no sobrevivieron, o sea, la experiencia era fea, era muy dura, muy intensa. Tienes amigas que las quieres proteger y no quieres que se asusten, y no quieres que vean nada que es demasiado grosero, pero gracias a Dios la mayoría de nosotros logramos llegar a casa y estar a salvo. De ese grupo de 20 personas perdimos 5 amigos y amigas muy buenas. 

¿Cómo fue ese día? Cuéntame qué hiciste, cómo te enteraste, cómo lograste salir vivo con tus amigos de ahí. 

Dos amigas, un amigo y yo entramos a nuestro coche cuando ya nos dijo la policía, 'váyanse de aquí, hay misiles, acabó la fiesta'. Entramos al coche, empezamos a manejar y encontramos un cuartito chiquito que en hebreo se llama Migunit, esos cuartitos los ponen alrededor de las calles por si de repente hay un ataque de misiles y estás caminando en la calle, puedes entrar ahí y es antimisiles y está bien protegido. Entonces entramos ahí, porque sabíamos que había misiles y justo en el segundo que estamos entrando, nos empiezan a disparar como 6 o 7 terroristas. En esos momentos después que nos dispararon yo empecé a pensar en qué puede pasar y qué puedo hacer. Por ejemplo, qué pasa si entra ahora uno de los terroristas, cómo me puedo lanzar encima de él, intentar de cogerle el arma, qué pasa si tiran una granada, muchos escenarios. Después de unos 10 minutos me dije: 'ok, quedarnos acá en este cuartito chiquito es esperar la muerte'. Agarré las dos amigas y el otro amigo, que estaban un poco en shock, los agité, les dije, 'cuando yo les diga, salimos de aquí corriendo de regreso al coche'. Yo agarré a una chica, el otro amigo mío agarró a la otra chica y salimos. Empezamos a correr mientras balas nos están pasando al lado de la cabeza, escuchas el sonido, me recuerdo justo así y sientes el aire cortándose al lado de tu oído. Gracias a Dios que el coche no estaba muy lejos. Entonces llegamos bien rápido, entramos al coche y después manejamos por el desierto abierto directo a donde estaba un kibbutz que se llama kibbutz Tze'elim. El camino al kibbutz Tze'elim no era recto y fácil llegar, escuchaba balas por todos lados y tiroteos por todos lados, y no entendía exactamente dónde estaba, porque no había recepción, no había Google Maps o algo así. Era más de yo intentar de recordar dónde creía que es que estaba ese kibbutz. Al final, después de como dos horas, dos horas y media huyendo de los terroristas, llegamos al kibbutz y ahí nos recibieron todos los militares y la policía, y ahí estábamos a salvo. Nos quedamos como seis, siete horas ahí, hasta que nos dejaron salir con el coche de regreso a casa. 

¿Pensaste en algún momento que te ibas a morir? 

Sí, en los primeros minutos en ese cuartito, esos primeros diez minutos, estaba casi 100% seguro que ahí se acababa, que ahí acababa mi historia, pero en el mismo segundo que pensé eso, ahí fue donde mi cabeza se puso en modo de sargento militar. Yo en mi servicio militar aquí en Israel era sargento de francotiradores, entonces cuando entendí que podía morir, mi instinto era salvarnos a todos y agarrar a esas chicas y a ese amigo, y asegurarme que todos puedan regresar a casa. Entonces solo en ese momento, en el principio, pensé en morir. 

¿Qué cosas horribles viste en ese trayecto? 

Yo puedo decir que por yo estar tan, tan listo y enfocado en salir de ahí, no me fijé en nada demasiado horrible, no me fijé en nadie que se le fue la cabeza o tipo de cosas así, pero sí tengo amigos de sus historias que vieron gente que le pegaron un sniper barret en la barriga y el chico estaba partido en dos. Tengo otro amigo que recibió dos balas en las rodillas. Tengo amigos que le secuestraron amigos al lado de ellos o chicas que las violaron y después las mataron. Por ejemplo, eso es un poquitito de las historias que he escuchado del 7 de octubre. 

¿Fuiste a servir después de eso? 

No, después de eso no fui a servir por yo estar en todo ese día y todo el reguero mental y físico. Entonces me quedé en la casa, pero tengo amigos que sí sintieron que regresar al ejército es lo que necesitaban y todavía están en el militar hasta ahora. Yo decidí quedarme en la casa y asegurarme que yo estoy bien y no me vuelva un poco loco. 

¿Qué les dices a tus compatriotas dominicanos de lo que está pasando aquí entre Israel y Hamas? 

Lo único que les quiero decir a mi familia dominicana es que este conflicto ya pasó a un conflicto contra la Humanidad. Yo como israelí, como judío, no pido la muerte de palestinos, no quiero muerte de palestinos. No quiero que esos niños mueran o las mujeres mueran. El problema mío y el problema de todo este país que se llama Israel es un grupito que se llama Hamás. Y ese grupo, les digo aquí a ustedes, no importa si están pro-palestino o no pro-palestino, ese grupo está matando a los palestinos y a los judíos. Eso es un grupo que quiere muerte y valora la muerte. Uno de los valores de ese grupo que se llama Hamás es que si mueren como mártires, que murieron en un ataque de terror, reciben 72 vírgenes en el paraíso. Es un grupo que quieren morir como terroristas. Entonces les pido, apoyen la humanidad y no apoyen a Hamás.

Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.