Los reclusos en Haití están sometidos a una dieta de hambre
4.7 millones de haitianos que enfrentan inseguridad alimentaria aguda
La crisis alimentaria en Haití afecta severamente a los reclusos, quienes son sometidos a una “dieta de hambre” que implica el consumo promedio de 571 calorías por día, de acuerdo con un estudio publicado en diciembre pasado de la Universidad de Florida.
El estudio se realizó en dos prisiones haitianas: la Penitenciaría Nacional en Puerto Príncipe y la prisión de Mirebalais. Estas dos de las 17 prisiones en el país caribeño están sobrepobladas, superando la capacidad para la cual fueron construidas.
La Penitenciaría Nacional es la prisión más grande de Haití y detiene a más de 4,000 hombres en un espacio destinado a 800, mientras que la prisión de Mirebalais alberga a más de 300 personas, pero fue diseñada para una población más pequeña, se explicó en el documento.
Los resultados se dieron a conocer en un momento de crisis extrema en Haití que abarca los sectores de alimentación, seguridad, política, social y de salud, ahora con el brote de cólera que ha causado la muerte de casi 500 personas desde su estallido en octubre pasado.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) alertaron el año pasado sobre el récord de 4.7 millones de haitianos que enfrentan inseguridad alimentaria aguda. Dentro de ese número, 1.8 millones están en emergencia y, por primera vez, 19,000 están en la fase catastrófica.
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El PMA dijo entonces necesitar 105 millones de dólares para la respuesta a la crisis durante los próximos seis meses, mientras la FAO precisa de unos 33 millones de dólares para ayudar a más de 470,000 personas en situación de vulnerabilidad extrema.
Las Naciones Unidas informó en junio de 2022 sobre la muerte relacionada con destrucción entre enero y abril de 54 personas que estaban encarceladas, y que la mayoría de las muertes en prisión se debieron a la falta de alimentos.
La situación empeoró
El estudio comenzó en 2021 como una intervención para mejorar la nutrición de los prisioneros e implicaba la implementación de un programa de mejora de la calidad con educación para los cocineros de la prisión. Ahí se demostró que la ingesta de calorías diaria, en promedio, era de 571 calorías.
Lo que está muy por debajo de las 2000-3000 calorías diarias recomendadas para hombres adultos. Dos tercios de los prisioneros estaban en riesgo de desarrollar escorbuto (enfermedad) debido a una deficiencia de vitamina C y más del 90 % estaban en riesgo de beriberi, una enfermedad causada por falta de vitamina B1.
Luego de una evaluación de seguimiento en 2022 se determinó que la cantidad de calorías consumidas por día disminuyó significativamente a un promedio de 454 calorías por día y una mayor proporción estaba en riesgo de escorbuto y beriberi.
Los investigadores atribuyeron esta caída a que la situación en Haití empeoró debido al hacinamiento en las cárceles y la violencia de las pandillas que contribuyeron a una mayor escasez de alimentos.
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“Por muy bien intencionado que fuera nuestro programa para ayudar a una población vulnerable en un país de bajos ingresos con conflictos sociales, quedó claro que nuestra capacitación educativa de los cocineros de la prisión no era la clave para mejorar la nutrición y la salud de los hombres encarcelados. Durante el tiempo del proyecto, la inestabilidad política aumentó en Haití”, se lee en las conclusiones del estudio.
Discusiones en el futuro
El estudio recomendó una iniciativa que puede tener utilidad es la creación de un sistema agrícola en o cerca de la prisión para que los reos cultiven sus propios alimentos. “Esto brindaría la oportunidad de producir alimentos para una dieta más variada y nutritiva”, recomendó.
Esto eliminaría algunos de los desafíos relacionados con los vendedores de alimentos y su capacidad para suministrar y transportar alimentos en un entorno peligroso. “Se aseguraría una fuente constante de alimentos para la prisión. También disminuiría el impacto de posibles recortes presupuestarios en el suministro de alimentos a la prisión”, agregó.
“Violencia y delincuencia en la sociedad haitiana y el contexto correspondiente de obtención de alimentos, transporte, y pagarlo en una situación de violencia y caos social requiere que los planificadores piensen creativamente y consideren cómo enfrentar estos importantes desafíos. De lo contrario, es poco probable que las intervenciones educativas tengan éxito”, concluyó.
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