Minerales estratégicos: la batalla por la transición energética está servida
Los países de la Asociación para la Seguridad de los Minerales anunciaron la creación de una nueva red de financiación para atraer capital privado a los grandes proyectos de extracción, pero sobre todo para romper el monopolio chino
Estos minerales estratégicos son esenciales para el desarrollo de las energías renovables y, más en general, para las industrias de alta tecnología. También se utilizan en la producción de equipos militares sofisticados, por lo que el control de la cadena de suministro es aún más importante para los países occidentales.
China concentra actualmente cerca de dos tercios de la capacidad mundial de transformación y refinado de estos principales minerales. El objetivo de esta nueva asociación público-privada es acelerar la diversificación y atraer la inversión privada en proyectos mineros.
Asegurar la cadena de suministro
Actualmente se están evaluando unos treinta proyectos, mientras que otros ya han recibido promesas de inversión. Es el caso del enorme proyecto de mina de níquel de Kabanga, en Tanzania, pilotado por los estadounidenses y en el que el gigante minero australiano BHP ya ha inyectado 100 millones de dólares. Se trata de uno de los mayores y más ricos yacimientos de níquel sin explotar del mundo, y se espera que abastezca el mercado estadounidense a partir de 2026.
Lo que está en juego es inmenso, y el lunes el Secretario de Estado estadounidense para el Crecimiento Económico declaró que “la transición energética está en peligro”, y que “es necesaria una transferencia masiva de capital a estos nuevos mercados”.
Según las proyecciones, la producción mundial de cobalto, grafito y litio podría multiplicarse por seis de aquí a 2050, mientras que las necesidades de litio y níquel para las baterías de los vehículos eléctricos podrían multiplicarse por más de cuarenta en los próximos 20 años.
Los países productores, en primera línea
El pasado abril, los países miembros de la Asociación para la Seguridad de los Minerales, fundada en 2022 por Estados Unidos, invitaron a su foro a otros 24 países productores, entre ellos Malawi, Angola, Filipinas, Brasil e Indonesia, en un intento de contrarrestar la influencia de China.
Indonesia personifica la feroz competencia entre las grandes potencias por asegurarse el suministro de minerales estratégicos. En primer lugar, el país es el mayor productor mundial de níquel, pero también posee grandes reservas de cobre y bauxita. China ha realizado grandes inversiones en el país en condiciones a menudo criticadas por los ecologistas, y este dominio chino ha hecho que Indonesia dependa en gran medida de su vecino para obtener ayuda financiera.
En julio, Estados Unidos propuso que el país se uniera a la Asociación para la Seguridad de los Minerales, lo que daría lugar a inversores más respetuosos con el medio ambiente y a un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que permitiría que las baterías producidas con minerales indonesios se beneficien de subvenciones para compras en Estados Unidos en virtud de la IRA. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA), promulgada en 2022, permitirá a Estados Unidos liberar cientos de miles de millones de dólares para financiar su industria ecológica.
Para que la producción indonesia de níquel se beneficie de estas ayudas, Yakarta debe reducir al 25% la parte del capital que poseen los intereses chinos en sus fundiciones. Las autoridades del país dicen que no quieren imponer ningún límite, pero según los especialistas del sector, ya existen acuerdos caso por caso.
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