Habitante de Gaza: "Ha comenzado la guerra del hambre"
Nueve de cada diez gazatíes han pasado más de 24 horas sin comer
De norte a sur, Gaza está siendo bombardeada sin descanso por Israel. Combates encarnizados enfrentan a las tropas del Estado hebreo con Hamás en varias ciudades del enclave, entre ellas Jan Yunes, y los enfrentamientos son sangrientos. Ya van dos meses de una guerra que parece interminable. Casi 18,000 personas han muerto en Gaza, la mayoría mujeres y niños. La escasez de alimentos pone en peligro a decenas de miles de personas.
La misión cotidiana de Yusef, director de cine palestino, es encontrar comida para alimentar a sus hijos y a su mujer. Desplazado al sur de Gaza con su familia, explica una situación dramática.
“Es realmente muy difícil encontrar comida en el mercado porque hay mucha gente que ha llegado a Rafah. Casi es imposible encontrar nada. A partir de ahora, vivimos con lo que encontramos”, se lamenta.
Ya no hay ni huevos, ni galletas, ni harina. El precio de la comida se ha disparado exponencialmente. Tres kilos de sal costaban lo equivalente a 0.50 céntimos de euro, ahora son 20 euros.
“Ha comenzado la guerra del hambre”, explicaba, por su parte, en su cuenta Instagram la joven periodista Bisan A. Odeh. “Nos van a matar de hambre, ni siquiera van a tener que pagar las bombas para matarnos, vamos a morir aquí solos”, explica.
Según el Programa Mundial de Alimentos, nueve de cada diez gazatíes han pasado más de 24 horas sin comer y el 97 % de los habitantes de Gaza no tiene suficiente comida.
Jan Yunes, la vida entre bombardeos y la tentación de marcharse
"Ahora es más difícil conectarse", dice Asma dese Jan Yunes donde vive con su familia. Asma y su familia están aislados del mundo. Jan Yunes está rodeado por el ejército israelí.
"La situación es muy difícil. Ya no estamos seguros. Tenemos miedo. Los [soldados] israelíes se están acercando. Han entrado en Jan Yunes. Atacan y bombardean. Es terrible. Es difícil” cuenta Asma.
“¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos o nos vamos? Aún no hemos tomado una decisión. Estamos esperando. Tal vez no pidan a los residentes de nuestro barrio que vayan a Rafah (en el sur de la Franja de Gaza, nota del editor). ¿Por qué íbamos a arriesgarnos a ir allí? Es un verdadero dilema. Dejar tu casa es una garantía de que nunca volverás", teme Asma. Pero quedarse es poner su vida en peligro.
"Llevamos tres días sin agua para beber. Pero espero que podamos quedarnos en casa. Conoces la situación de mis padres". Sus padres son ancianos y están muy débiles. El padre de Asma apenas puede andar.
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