Familiares de rehenes secuestrados por Hamás piden sean liberados no importa cómo
La solicitud se hizo en una marcha desde Tel Aviv hasta Jerusalén para presionar al gobierno
En Israel, las familias de los rehenes secuestrados por Hamás han iniciado una marcha desde Tel Aviv hasta Jerusalén para presionar al gobierno para que negocie y libere a sus seres queridos lo antes posible. Participen o no en esta marcha, a las familias les está resultando muy difícil esperar. RFI dialogó con un grupo de israelíes estrechamente ligados por el calvario que están atravesando.
Retratos de rehenes retenidos en Gaza expuestos bajo una carpa en Tel Aviv. Decenas de israelíes desfilan y se abrazan, conmovidos hasta las lágrimas. Todos se conocen, ya que han asistido a la misma escuela en algún momento de sus vidas. Reúne a alumnos de varios pueblos comunitarios, los kibbutz, a lo largo de la frontera con Gaza. Muchos de ellos han desaparecido. Illan tiene unos cincuenta años. Hace mucho tiempo que no vive en la región, pero acudió por solidaridad: "Mucha de la gente que ha sido secuestrada son antiguos profesores, padres de alumnos que fueron a la escuela conmigo, antiguos alumnos que estudiaron conmigo, mucha gente que conozco, es muy duro”.
La escuela, Nofei ha-Bsor, sufrió un duro golpe: decenas de personas murieron y fueron secuestradas en el ataque de Hamás del 7 de octubre.
"Toda mi infancia se hizo añicos aquel día", resume Eyal, relatando los fuertes vínculos existentes en la escuela del kibbutz. Decididamente de izquierdas, este hombre de 60 años siempre ha abogado por la coexistencia pacífica con los palestinos. Pero tras los atentados de Hamás, parece desorientado: "Me rompe el corazón porque crecimos con la idea de que podíamos vivir juntos. Recuerdo cuando era pequeño, solía ir a comer hummus a la playa de Gaza, tenía amigos allí, mi padre solía ir allí, hacía negocios allí. Éramos amigos. Pero ahora, y desde hace varios años, a los niños les han lavado el cerebro. Les han enseñado a odiar a los israelíes. Así será hasta que demolamos y reconstruyamos todo”.
En cuanto a Ayelet, no tiene esas consideraciones. Tiene prisa por liberar a sus familiares que han sido tomados como rehenes: su madre, de 79 años, y su hermano, de 51 años. "Hay que liberar a los rehenes, no me importa cómo. No estoy en la política ni en el ejército. Yo no tomo las decisiones. Cómo ocurra no es mi problema. Sólo quiero que liberen a todos los rehenes, y lo quiero ya”.
Ya sea por la fuerza o mediante la negociación con Hamás, Ayelet quiere que sus seres queridos regresen lo antes posible. Ya ha perdido a un hermano, muerto en los ataques del 7 de octubre de 2023. Tuvo que enterrarlo cerca de su casa, pero espera poder llevar su cuerpo, después de la guerra, al kibutz donde siempre vivió.
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