El movimiento #MeToo se apodera de Taiwán
Una de testimonios sacude a políticos, mediáticos y artistas
Es ahora en Taiwán donde una ola de testimonios sacude los círculos políticos, mediáticos y artísticos. Un movimiento sin precedentes para esta joven democracia.
Zhiyun concertó una cita para verse en un café medio escondido por miedo a que la vieran llorar, dice. Hace quince días, esta periodista denunció en las redes sociales las insinuaciones inapropiadas de uno de sus superiores.
“Sobre el papel, somos el país líder de Asia en igualdad de género, pero en realidad, el patriarcado sigue teniendo una fuerte influencia en la sociedad taiwanesa", lamenta. "Si no quieres ser ama de casa, si quieres tener tu propia carrera, es muy probable que sufras acoso sexual". Y añade: "Cuando empezó este movimiento, fue como una llamada de atención para mí. Me di cuenta de lo fuertes que somos las mujeres”.
Las olas del poder en Netflix, un detonante
Artistas, políticos, periodistas... Casi un centenar de celebridades taiwanesas han sido objeto de ataques desde principios de junio. Para muchos, una serie de Netflix fue el detonante del movimiento. Las olas del poder (Wave Makers) se adentra en la vida política taiwanesa, incluidos los casos de acoso sexual.
"La propia guionista fue víctima de acoso sexual, así que el guión es muy realista y hay una frase muy famosa en la que dice: 'no podemos dejar pasar esto'. Eso animó a las víctimas de acoso sexual, y esa línea se convirtió en nuestro eslogan".
Libertad de expresión limitada
Desde la democratización de Taiwán en la década de 1990, se han producido avances significativos en la igualdad de género. Pero el número de mujeres que denuncian el acoso sexual sigue siendo limitado. Hace cinco años, la asociación Garden of Hope hizo todo lo posible para ayudar a que el movimiento #MeToo se extendiera en Taiwán.
"En aquel momento, no tuvimos éxito porque la voz de las víctimas todavía se ponía en duda con demasiada frecuencia", recuerda Wang Yue-Hao, presidenta de la asociación. "Pero ahora la sociedad taiwanesa ha cambiado. El partido gobernante reaccionó muy rápidamente poniéndose del lado de las víctimas, y eso dio confianza a quienes querían testificar", señala.
"Desde el punto de vista cultural, seguimos rezagados"
El gobernante Partido Democrático Progresista ha prometido reformar la ley sobre acoso sexual ya el mes que viene. Varios de sus dirigentes se han disculpado o han dimitido. En sus oficinas del Parlamento taiwanés, la diputada Lin Ching-yi trabaja en la futura reforma.
"En términos de nuestro sistema legal sobre igualdad de género, estamos más o menos al mismo nivel que los países más progresistas, pero desde el punto de vista cultural, seguimos rezagados", admite Lin Ching-yi. "Con esta reforma, espero que podamos colmar las lagunas legales, pero lo que más espero es la educación colectiva de la sociedad".
Es probable que el tema resuene con otro asunto en el centro de los debates de las elecciones presidenciales del próximo enero: el de las relaciones con la vecina China, donde la palabra clave #MeToo fue censurada en las redes sociales.
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