Éxodo masivo de extranjeros de Sudán, donde los combates no dan tregua

Las explosiones, los bombardeos y los disparos no han dejado de resonar desde hace diez días

En esta imagen de archivo, el símbolo de Naciones Unidas visto en el exterior de un edificio en su sede. (AP/John Minchillo)

El éxodo masivo de extranjeros se aceleraba este lunes en Sudán, sacudido por feroces combates entre el ejército y un grupo paramilitar que abocaron el país al borde "del precipicio", advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Las explosiones, los bombardeos y los disparos no han dejado de resonar desde hace diez días en la capital sudanesa, Jartum, y otras zonas, provocando centenares de muertos.

Sin embargo, las capitales extranjeras lograron negociar con los dos beligerantes la evacuación de su personal diplomático y de ciudadanos de sus países.

Esta espiral "corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá", aseguró este lunes Guterres.

Pese a esta advertencia, el emisario de la ONU en Sudán, Volker Perthes, permanecerá en este país del este de África, a diferencia de numerosos diplomáticos y otros ciudadanos extranjeros.

En total, se evacuó a más de 1.000 ciudadanos de la Unión Europea (UE), según el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell.

España anunció la salida de 100 personas, españoles, pero también latinoamericanos. 

Estados Unidos evacuó en helicópteros a su personal diplomático, menos de 100 personas. 

China y varios países árabes también evacuaron a cientos de sus nacionales.

Unos 700 empleados de la ONU, embajadas y de organizaciones internacionales "fueron evacuados hacia Puerto Sudán", una ciudad a orillas del mar Rojo, indicó Naciones Unidas.

Un libanés que salió de la capital en un autobús contó a la AFP que pudo irse tan solo con "una camiseta y un pijama". "Es todo lo que me queda tras 17 años" en Sudán, lamentó.

En Jartum, "estábamos en estado de sitio", afirmó. Los más de 5 millones de capitalinos no tienen desde hace días agua ni electricidad. Y la comida empieza a faltar.

"Teníamos miedo de enfermar o resultar heridos en los combates", agregó el hombre, de pie entre un grupo de familias evacuadas. "La guerra nos cayó encima sin advertencia", y ahora "todo está destruido".

Los enfrentamientos, que se desarrollan principalmente en Jartum y Darfur, en el oeste de este país de 45 millones de habitantes, estallaron el 15 de abril entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de 2021, y su rival, el general Mohamed Hamdan Daglo, líder de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

"Temo por su futuro"

Más de 420 personas murieron y 3.700 resultaron heridas hasta ahora, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Temo por su futuro (de los sudaneses)", escribió en Twitter el embajador noruego Endre Stiansen. 

Los habitantes de Jartum sólo tienen una idea en mente: abandonar la ciudad, que se hunde en el caos. 

El sindicato de médicos sudaneses lanzó el lunes un llamado urgente en Facebook: "Varios barrios de Jartum están siendo bombardeados, hay civiles muertos y unos cincuenta heridos graves, todos los médicos que estén cerca deben acudir lo más rápido posible".

Los dos bandos se acusan mutuamente de haber atacado las cárceles para liberar a cientos de presos, saquear casas y fábricas.

También se han registrado enfrentamientos en torno a bancos, que fueron vaciados. 

En un país donde la inflación ya es de tres dígitos en tiempos normales, el precio del arroz o de la gasolina está por las nubes.

Lo que es un problema ya que la gasolina es clave para poder escapar de los enfrentamientos: se necesita mucho carburante para llegar a Egipto --1.000 km al norte-- donde miles de sudaneses esperan poder refugiarse. 

"A medida que huyen los extranjeros, que pueden hacerlo, se agrava el impacto de la violencia en una situación humanitaria ya crítica en Sudán", advirtió la ONU

Atrapadas en el fuego cruzado, sus agencias y muchas otras organizaciones humanitarias han suspendido sus actividades en el país. 

Cinco trabajadores humanitarios, entre ellos cuatro de la ONU, murieron y, según el sindicato de médicos, casi tres cuartas partes de los hospitales están fuera de servicio. 

El hambre amenaza

En tanto, los encarnizados combates entre las fuerzas de los dos generales en el poder no dan tregua. 

Los tiroteos se intensifican en la capital y sus alrededores. Aviones de combate sobrevuelan la zona mientras van avanzando los blindados paramilitares. 

La disputa entre Burhan y Daglo surgió de los planes de integrar las FAR al ejército regular, un requisito clave del acuerdo para restaurar la democracia en Sudán tras el golpe militar que depuso al gobernante autocrático Omar al Bashir en abril de 2019.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió el lunes que la presencia del grupo ruso Wagner amenaza con agravar este conflicto.

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