Fallece el expresidente filipino Fidel Valdez Ramos
Desempeñó un papel clave en el levantamiento democrático de 1986 que derrocó al dictador Ferdinand Marcos
El expresidente filipino Fidel Valdez Ramos, un exgeneral formado en Estados Unidos que participó en las guerras de Corea y Vietnam y desempeñó un papel clave en el levantamiento democrático de 1986 que derrocó a un dictador, ha muerto. Tenía 94 años.
La familia de Ramos anunció su muerte con profunda tristeza, pero no brindó otros detalles en un escueto comunicado en el que pidió privacidad.
Uno de sus ayudantes de toda la vida, Norman Legaspi, dijo a The Associated Press que Ramos estuvo entrando y saliendo del hospital en los últimos años debido a una enfermedad del corazón y que padecía demencia.
Algunos familiares estaban con él cuando murió el domingo en el Centro Médico de Makati, en el área metropolitana de Manila, dijo Legaspi.
“Era un ícono. Hemos perdido a un héroe y yo he perdido a un padre”, comentó Legaspi, un oficial retirado de la fuerza aérea que trabajó 15 años con Ramos.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. expresó sus condolencias a la familia de Ramos en una publicación de Facebook. “No solo perdimos a un buen líder sino también a un miembro de la familia”, dijo.
Ramos, conocido por su visión de “ganar-ganar”, su atención a los detalles, su signo de pulgar hacia arriba y su firme apretón de manos, fue presidente de 1992 a 1998, sucediendo al ícono de la democracia, Corazón Aquino. Llegó a la presidencia en 1986, después de que una revuelta del “Poder Popular”, respaldada por el ejército y en gran medida pacífica, derrocara al dictador Ferdinand Marcos, que también era primo de Ramos.
El levantamiento, que se convirtió en un presagio de cambio en los regímenes autoritarios de todo el mundo, se produjo después de que Ramos, el jefe de la policía filipina, y el secretario de Defensa, Juan Ponce Enrile, retiraran su apoyo a Marcos tras un golpe de Estado fallido.
El cardenal católico Jaime Sin convocó entonces a los filipinos para que rodearan y protegieran los campamentos militares y de la policía en la región de la capital, donde se atrincheraron los desertores y sus fuerzas, lo que desencadenó las cruciales deserciones del gobierno que finalmente llevaron a Marcos, su familia y sus aliados al exilio en Estados Unidos.
A Ramos le sobreviven su esposa, Amelita “Ming” Ramos, funcionaria escolar, pianista, defensora del medio ambiente y los deportes, y sus cuatro hijas. Su segundo hijo, Josephine “Jo” Ramos-Samartino, falleció en 2011.
El domingo no se informó sobre los arreglos funerarios.
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