Italia envía un primer grupo de migrantes ilegales hacia Albania

Giorgia Meloni cumple su promesa de detener los miles de migrantes ilegales que llegan a Italia

El centro de Gjader (Albania), donde se recluirá a los migrantes ilegales que intentaron incursionar a Italia en virtud de una orden de detención administrativa dictada por el prefecto de Roma. (Fuente externa)

El lunes, Italia trasladó el primer grupo de migrantes a los centros que gestiona en Albania, una medida inédita para un Estado miembro de la Unión Europea, en virtud de un controvertido acuerdo.

Italia envió el lunes un primer grupo de migrantes interceptados en el Mediterráneo hacia centros en Albania, en virtud de un controvertido acuerdo entre ambos países.

El buque patrullero "Libra" de la marina italiana se dirige hacia Albania con dieciséis migrantes, todos hombres, y se espera que lleguen el miércoles por la mañana, dijo una fuente gubernamental.

Rescate en aguas internacionales

Los solicitantes de asilo, diez de ellos de Bangladés y seis de Egipto, fueron rescatados el domingo en aguas internacionales por las autoridades italianas. Las dos embarcaciones en las que viajaban habían partido de Libia, de la zona de Trípoli, según la misma fuente.

El procedimiento implica un control inicial en un barco militar, antes de ser trasladados a un centro en el norte de Albania, en el puerto de Shengjin, para su identificación, y después a un segundo centro, en una antigua base militar de Gjader.

Allí, los migrantes serán retenidos en virtud de una orden de detención administrativa dictada por el prefecto de Roma, en prefabricados de 12 m2, contenedores blancos apilados unos sobre otros y separados por calles de asfalto verde, informa Laurent Rouy, nuestro corresponsal en los Balcanes.

Toda la zona está rodeada de altas vallas y vigilada por cámaras. Las obras están en curso, pero ya hay 400 plazas. Con el tiempo, habrá 880.

Los migrantes están siendo vigilados por la policía, a la espera de que se tramiten sus solicitudes de asilo. Según el protocolo italo-albanés, los solicitantes de asilo deben recibir una respuesta en un plazo de 28 días.

Si la respuesta es positiva, serán devueltos a centros en Italia. En caso contrario, serán recluidos en celdas antes de ser deportados a su país de origen.

Los italianos son responsables del interior del campo, mientras que las fuerzas del orden albanesas se encargan de la seguridad exterior. Según el Primer Ministro Edi Rama, el campo será gestionado por Italia.

“No tendremos nada que ver con lo que ocurra allí”, dijo el ministro. Los inmigrantes no podrán abandonar el campamento, añadió.

Denuncia de violación de derechos humanos

Una afirmación que Gert Bogdani, diputado de la oposición, no cree. En su opinión, los migrantes abandonarán el campamento, lo que desarrollará redes de tráfico de personas y creará inseguridad. Bogdani denuncia también la violación de los derechos humanos y compara la instalación con un campo de concentración.

El procedimiento no afecta a las personas consideradas vulnerables por la ley, como menores, mujeres, personas con trastornos mentales o que hayan sido víctimas de tortura, violencia sexual o trata de seres humanos. Más de 300 militares, médicos y jueces italianos participan en esta operación.

La primera ministra Giorgia Meloni asumió el cargo en octubre de 2022 con la promesa de detener a las decenas de miles de migrantes que llegan a las costas italianas cada año desde el norte de África.

Meloni firmó en noviembre del año pasado un controvertido acuerdo con su homólogo de Albania, Edi Rama, para que albergue a algunos migrantes mientras se procesan las solicitudes de asilo.

El acuerdo, que tiene cinco años de duración y un presupuesto de 160 millones de euros (174 millones de dólares), contempla que los migrantes que sean interceptados por barcos italianos en aguas internacionales, pero dentro de la zona de búsqueda asignada a Italia, sean transferidos a un buque militar para un primer control.

 En esta etapa se analizará qué migrantes proceden de los países considerados como "seguros", lo que permitiría una repatriación expedita.

 El resto serán llevados a Albania para su registro y luego a un campamento donde Italia será responsable de lo que ocurre dentro del recinto y las fuerzas albanesas de la seguridad exterior.

 Este acuerdo ha sido muy criticado por grupos de derechos humanos que cuestionan si Albania, que a diferencia de Italia no es miembro de la Unión Europea, puede ofrecer una protección suficiente a los solicitantes de asilo.

El año pasado alrededor de 160,000 migrantes llegaron a las costas italianas, frente a los 105,000 del año anterior, según datos del Ministerio del Interior italiano.

Pero la cifra se redujo significativamente en 2024, con 53,300 llegadas registradas hasta el momento.

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