Macron se dice ahora favorable a entregar cazas Mirage 2000-5 a Ucrania

En una entrevista televisada el jueves 6 de junio, el presidente Emmanuel Macron anunció que cedería cazas Mirage 2000-5 a Ucrania. El anuncio fue una sorpresa, ya que hasta entonces París había dejado claro que la entrega de aviones de combate franceses no era la petición prioritaria de los ucranianos a Francia.

El giro es tanto más sorprendente cuanto que, en los últimos meses, el Ministro francés de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, ha declarado ante la Asamblea Nacional francesa que Francia dispone de pocos de estos aviones. De hecho, el ejército del aire está reducido a la mínima expresión, explica Franck Alexandre, periodista especializado en defensa. Y el ministro señaló que el mantenimiento de estos aviones representaba un enorme desafío.

Por esta razón, se dio prioridad a los F-16 vendidos por Holanda, Dinamarca, Noruega y Bélgica, aviones en los que actualmente se entrenan los pilotos ucranianos.

En consecuencia, el anuncio presidencial plantea varias preguntas: ¿tendrá que renunciar a algunos de sus aviones el único grupo de cazas francés, el 1/2 Cigognes, que vuela Mirage 2000-5? O, ya que Emmanuel Macron habla de coalición, ¿podría tratarse de aviones vendidos al extranjero, en particular a Grecia? Actualmente, Atenas desea vender su flota de Mirage 2000-5. En ese caso, habría que financiar la adquisición.

Por último, el Presidente habla de que la formación comenzará este verano boreal, con el objetivo de disponer de pilotos y aviones en un plazo de seis meses. Pero, ¿es posible cumplir ese plazo, teniendo en cuenta que se necesitan varios años para formar a un piloto experimentado? De momento no se anuncia el envío de instructores a Ucrania, pero Emmanuel Macron afirma que Francia entrenará a una brigada de 4.500 soldados ucranianos.

Una brigada completa, entrenada y totalmente equipada, algo que nunca se ha hecho a esta escala. “Entramos en una nueva fase”, declaró el jefe del Estado. Una brigada entrenada en Francia, ya que la ambición de enviar instructores a Ucrania, aunque no está excluida, está lejos de contar con unanimidad en Europa.