Putin ve una mano negra ucraniana en el atentado yihadista de Moscú

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó hoy que ve una "mano negra ucraniana" en el atentado terrorista perpetrado el viernes en una sala de conciertos a las afueras de Moscú, donde murieron 139 personas, a pesar de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó de inmediato el ataque.

Durante una reunión con miembros del Gobierno y las fuerzas de seguridad transmitida en directo por televisión, Putin declaró: "Y los nazis, como es bien sabido, nunca han tenido reparos a la hora de emplear los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos".

El presidente ruso rechazó la hipótesis presentada por los servicios de inteligencia occidentales de que el atentado fue obra del Estado Islámico de la Provincia del Jorasán (ISPK, por sus siglas en inglés), afirmando: "Sabemos por medio de quien se cometió ese crimen contra Rusia y su pueblo. Nos interesa quién lo encargó".

Putin también culpó a Ucrania durante su intervención, sugiriendo que el atentado de Moscú se relaciona con las acciones de Kiev en la península ucraniana de Crimea. Además, cuestionó quién se beneficiaría del ataque, insinuando una posible conexión con aquellos que han estado combatiendo contra Rusia desde 2014.

El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció que el ISPK ha estado detrás de "varias tentativas" de atentados en Francia en los últimos meses y se mostró dispuesto a cooperar con Moscú, considerando al Estado Islámico como un "enemigo" de Francia.

Mientras el Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque en varios vídeos, Ucrania ha negado categóricamente cualquier implicación en el atentado.

El Kremlin se negó a comentar la aparente violencia sufrida por los cuatro principales sospechosos arrestados en relación con el atentado en Moscú. Los sospechosos presentaban signos de violencia, incluyendo mutilaciones, lo que generó preocupación en torno a posibles actos de tortura.