El ministro del Interior expresa su apoyo a policías que protestan por la detención de un agente
El ministro de Interior se reunió con sindicatos de policías
Desde hace casi una semana, los policías de Marsella, en el sureste de Francia, protestan, algunos declarándose enfermos y otros prestando sólo servicios mínimos. La medida, inédita por su magnitud, es en rechazo de la detención de un uniformado en la madrugada del 2 de julio. El policía fue arrestado, mientras que otros tres colegas también fueron inculpados por violencia en grupo contra Hedi, un joven que resultó gravemente herido.
El jueves, antes de reunirse con sindicatos de policías, el ministro del Interior se solidarizó las fuerzas del orden. Los policías "necesitan el apoyo de su ministro, que vengo a repetir, y de sus autoridades jerárquicas", declaró Darmanin a la salida de una comisaría de París, justo antes de recibir a los representantes sindicales en el ministerio.
"Comprendo esta emoción, comprendo esta cólera y comprendo esta tristeza", dijo también, añadiendo sin embargo que la "fatiga" y la "cólera" no deben hacerles "olvidar el sentido" de su misión, "servir al público".
El movimiento de protesta es difícil de cuantificar, pero los sindicatos afirman que está creciendo en toda Francia. El Ministro del Interior ha declarado que sólo participa "el 5 % de los policías".
Las acusaciones
Los policías inculpados están acusados de haber golpeado a Hedi, un joven de 21 años en el centro de Marsella la noche del 1 al 2 de julio, en un momento en que la ciudad, como muchas otras de Francia, estaba sumida en violentos disturbios tras la muerte de un adolescente de 17 años llamado Nahel, que fue abatido por un agente de policía en Nanterre, cerca de París, durante un control de carretera.
El joven, Hedi, hospitalizado, afirmó que había sido alcanzado por un grupo de cuatro o cinco personas tras recibir un disparo en la sien con una LBD (bala de goma).
"Le dispararon como a un conejo y luego le dieron una paliza", declaró a la AFP su abogado, Jacques-Antoine Preziosi.
En una entrevista con el medio de comunicación online Konbini difundida el miércoles, parecía que le faltaba "una parte del cráneo", dijo que tenía que andar con casco y que no veía con el ojo izquierdo.
Tras visitar el sábado a sus tropas, el jefe de la Dirección General de la Policía Nacional francesa (DGPN), Frédéric Veaux, declaró que "antes de un posible juicio, el lugar de un policía no es la cárcel, aunque haya podido cometer faltas o errores graves en el ejercicio de su profesión".
Estas declaraciones, extraídas de una entrevista publicada el domingo por el diario Le Parisien y refrendadas por el gabinete del Ministro, provocaron la indignación de jueces y políticos, y el Sindicato de la Magistratura recordó que "la ley es igual para todos".
Desde la izquierda, los principales partidos pidieron la renuncia del ministro del Interior.
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