¿Por qué la juventud francesa se moviliza contra la reforma de pensiones?
Asociaciones juveniles marcharon de forma independiente
“Las jubilaciones son un asunto de jóvenes y nuestra generación lo ha entendido bien”, se lee en una nota de prensa conjunta entre varios sindicatos de estudiantes y de institutos. Como prueba de este interés, el 31 de enero, “150,000 jóvenes se movilizaron en toda Francia contra el abyecto proyecto de reforma de las pensiones del gobierno, ¡tres veces más que el 19 de febrero! “, destacan La Voix lycéenne, L’Alternative, Unef, la Unión de Estudiantes Comunistas, el Movimiento de Jóvenes Comunistas de Francia, los Jóvenes Ecologistas, los Jóvenes Insumisos y los Jóvenes Socialistas, quienes llaman a “poner todo en marcha para movilizar ampliamente la juventud” para las huelgas y manifestaciones por venir.
El 21 de enero, asociaciones juveniles y La France Insumisa (LFI) marcharon de forma independiente contra la reforma de las pensiones, reuniendo al menos a 14,000 personas en París, según la firma independiente Occurrence, y a 150, 000, según los organizadores.
Si bien es difícil medir con precisión el alcance de estas movilizaciones, la presencia de una joven generacion con consignas como "Metro, trabajo, bodega" o "Tú nos pones el 64, nosotros mayo del 68", en las manifestaciones es innegable. Un interés que es preciso resaltar, según el sociólogo Paolo Stuppia1, especialista en movimientos sociales y movilizaciones estudiantiles. Según el especialista, los últimos intentos de reforma de esta rama de la seguridad social francesa, no habían levantado realmente a la juventud, ya sea en el 2007 en los regímenes especiales, en el 2010 con la reforma Woerth- que elevaba la edad legal de jubilación de 60 a 62 años- o con la reforma encaminada a aumentar progresivamente el período de cotización.
Futuro incierto y cambio climático
Entonces, ¿qué los impulsa a manifestar en contra de una reforma que parece lejana cuando tienen 16 o 20 años y aún no inician una vida profesional? Un tema de "solidaridad" hacia la gente mayor explican, sobre todo porque sus padres suelen estar a pocos años de la edad de jubilación. Por lo tanto, se sienten preocupados y añaden que quieren aprovechar este tiempo con sus seres queridos mientras aún gocen de buena salud. Aquí encontramos el tradicional llamado a la “convergencia de luchas”.
Pero las motivaciones van mucho más allá. Con estos dos años adicionales de trabajo, los jóvenes entrevistados temen que progresivamente tengan dificultades para insertarse en el mercado laboral. “Estos son dos años en los que la empresa no contratará personal nuevo”, señala Louis, de 24 años, quien acaba de terminar sus estudios. Cuanto más tiempo trabaje la gente, más ajustado será el mercado laboral para nosotros”, agrega.
Sobre todo, esta reforma parece estar desfasada, desvinculada de la actualidad. Louis participó en todas las manifestaciones para mostrar su disconformidad con la “ideología” defendida por el gobierno, por una sociedad basada en el valor del trabajo. “Nos quieren vender la idea de que el trabajo sería la forma de emanciparse, pero tener que trabajar cada vez más por dinero y para seguir consumiendo, cuando enfrentamos tanta inflación que nos hace precarios y el cambio climático que estamos viviendo, es angustiante”, lamenta el joven, que quiere otro modelo de trabajo, con más sentido.
La emergencia climática vuelve a estar en boca de los jóvenes entrevistados. En este contexto, los debates sobre la extensión del período de cotización parecen totalmente desfasados con las preocupaciones de una generación que no sabe cuál será su futuro. Para Léonard Sandeau, estudiante de maestría en Science Po Paris, el poder actual, aunque tenga apariencia de juventud con su presidente cuarentón, “sigue hablando como los políticos de hace 40 años”. “Estoy a favor de una sociedad más igualitaria, donde trabajemos menos. Este es el sentido de la historia, sostiene este asiduo de las manifestaciones que lamenta "que nos quieran hacer trabajar más cuando sabemos que la reducción del tiempo de trabajo es una de las vías para avanzar hacia una sociedad más ecológica".
"La gota que derramó el vaso"
“Para nosotros, esta reforma es la gota que derramó el vaso, resume Maëlle Nizan, vicepresidenta encargada de asuntos sociales de la Federación de Asociaciones Generales de Estudiantes (FAGE). En los últimos años hemos puesto en manifiesto la precariedad de los estudiantes, también vemos que los jóvenes están muy preocupados por su futuro, por la crisis climática, por las dificultades de inserción profesional y esta reforma no ayudará, al contrario, traerá más dificultades».
Para el sociólogo Paolo Stuppia, esta medida podría ser percibida por algunos jóvenes como “la gota de más en un horizonte ya bloqueado”. “Una provocación adicional, desarrolla, en un conjunto de políticas públicas –recordemos, por ejemplo, la reducción de cinco euros de las ayudas a la vivienda (APL)– que, en definitiva, a largo plazo, irían siempre dirigidas contra los jóvenes y los menos afortunados en la sociedad».
Otras razones pueden explicar la gran presencia de jóvenes en las movilizaciones. La situación política, por ejemplo, analiza el autor de Geopolítica de la juventud: muchos adultos jóvenes estuvieron entre los votantes de Jean-Luc Mélenchon en las últimas elecciones presidenciales y apoyaron a los Nupes, en las elecciones legislativas. “La relativa diversificación de las movilizaciones universitarias” en los últimos años, destaca también. Más allá de cuestiones relacionadas con la educación, se añade la del empleo o la ecología.
Paolo Stuppia añade otra razón de este interés juvenil: “La difusión masiva del trabajo estudiantil. Hoy trabajan un millón de estudiantes, lo que representa el 5 % al 6 % de la mano de obra francesa”, subraya. Esto hace que haya más personas en contacto con el mundo del trabajo y, por lo tanto, preocupados por temas relacionados.
¿Cómo consolidar este movimiento y hacerlo decisivo para el futuro de la reforma? Paolo Stuppia tiene cuidado de no predecir el futuro: el éxito o no de un movimiento depende de varios parámetros, en particular la participación de personas menos politizadas o, a priori, menos propensas a movilizarse, señala. “Pero los jóvenes son actores de primer orden y participan en la visibilización de las demandas”, confirma este especialista.
En comparación con la última movilización "ganadora" en Francia en el 2006 contra el CPE, la unidad sindical es aún más amplia, señala, con la presencia de la FAGE en particular, en las filas de la intersindicalidad. “Hay una acumulación de factores que hacen que los jóvenes se sientan realmente preocupados y que se digan a sí mismos que es hora de moverse y cambiar las cosas”, confirma Maëlle Nizant de FAGE. Y creo que ese entusiasmo, el hecho de que todos estén unidos en torno a una lucha común, también juega un papel».
Paolo Stuppia se mantiene cauteloso: “Por el momento, si hemos podido notar la presencia de jóvenes en las manifestaciones, la movilización en los recintos universitarios y en las escuelas secundarias parece más complicada. Por lo tanto, habrá que estar atentos a posibles convocatorias de acciones autónomas, como bloqueos en universidades o colegios, fuera de las fechas de movilización de la intersindical”.
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