Carteles de rehenes retenidos por Hamás se convierten en punto álgido
Más de 200 personas han sido tomadas como rehenes durante el ataque
Hacer los carteles, dijeron, surgió del deseo de sentirse conectados, de hacer algo.
Los artistas Nitzan Mintz y Dede Bandaid normalmente habrían estado en su casa en Tel Aviv con familiares y amigos, pero en cambio se encontraban en la ciudad de Nueva York para participar en un programa de arte cuando los milicianos de Hamás masacraron a más de 1,400 personas en Israel el 7 de octubre.
Canalizaron su angustia creando carteles con los nombres y rostros de las más de 200 personas tomadas como rehenes durante el ataque, cada uno con la palabra “SECUESTRADO” llamativamente en la parte superior. La meta era invocar la presión pública con la esperanza de llevar a los secuestrados a casa. Desde entonces, han aparecido folletos y afiches basados en su modelo en ciudades de todo el mundo.
Si bien tenían como objetivo inspirar indignación contra Hamás y simpatía por los secuestrados, los carteles también se han convertido en un punto de tensión al enfurecer a quienes se oponen a las medidas de Israel en el conflicto con los palestinos —que ven los afiches como propaganda.
Esto ha llevado a que algunos de los carteles sean arrancados. A su vez, en las redes sociales han circulado vídeos y fotografías de personas que despedazan los afiches, publicados por quienes dicen que hacerlo es antisemita.
Las discusiones sobre los carteles llevaron al arresto de una mujer en la Universidad de Columbia, acusada de agredir a otro estudiante. Otra mujer fue detenida en Brooklyn el sábado pasado, acusada de rociar gas lacrimógeno a un judío luego que él la confrontó por arrancar los afiches. En noticias y publicaciones en redes sociales se ha identificado a personas que desgarran los carteles, con el objetivo de intentar que sean despedidas o expulsadas de sus escuelas.
“Cuando vemos la cantidad de odio que recibimos”, dijo Bandaid, los dos artistas recuerdan que “pusimos los carteles allí porque queremos hacer algo bueno”.
Trabajaron con los diseñadores Tal Huber y Shira Gershoni, en Israel, para crear los afiches. Dijeron que cuando inicialmente pusieron los diseños en línea para que las personas los imprimieran, incluyeron una sugerencia de que cualquiera que pegara uno no confrontara a nadie que se opusiera a los volantes. Pero la naturaleza de la respuesta de algunos los tomó por sorpresa.
“Nuestra campaña no tiene como objetivo menospreciar a los palestinos”, dijo Mintz. “Es sólo para ocuparnos de un aspecto de todo este desastre”.
Rafael Shimunov, un activista judío que ha hablado en favor de los palestinos, refirió que pensaba que la mayoría de los carteles eran arrancados para oponerse a una larga historia de violencia contra los palestinos.
“Como todo en este mundo, siempre hay grupos de personas motivadas por el antisemitismo. Pero por lo que he visto, es abrumadoramente gente que simplemente no quiere más guerra y más excusas para bombardear a civiles”, agregó.
Dijo que deseaba que los carteles no se centraran sólo en los israelíes “que fueron horriblemente, horriblemente brutalizados y victimizados”.
Desde que fueron tomados los rehenes, los ataques militares de represalia de Israel en la Franja de Gaza han matado a más de 10.000 palestinos, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás.
La falta de agua, electricidad, alimentos y suministros médicos ha creado condiciones terribles en todo el enclave asediado.
De los más de 200 rehenes tomados por Hamás, cinco han sido liberados. Se desconoce el destino de la mayoría de los demás.
Mintz está decidida a aferrarse a la idea de que todos puedan volver con sus familias.
“Con los rehenes hay esperanza”, dijo. “Tenemos la esperanza de que todos estén vivos. Estamos seguros de que algunos de ellos están vivos. Tiene que ser así”.
“Todas las familias con las que estamos hablando comparten esta esperanza hasta que alguien les diga lo contrario”, manifestó Bandaid.
Los propios artistas colocaron muchos de sus carteles en la ciudad de Nueva York. En cierto modo, estos afiches son un eco de los volantes puestos en la ciudad por familiares desesperados tras el ataque terrorista al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001.
Antes de que fuera claro el número de muertos de ese día, los letreros que pedían cualquier información sobre seres queridos desaparecidos eran una forma de mantener viva la posibilidad de que todavía pudieran regresar a casa, dijo Kevin Jones, profesor de comunicación en la Universidad George Fox, en Newberg, Oregon, quien ha escrito sobre ellos.
Explicó que los carteles que describen a personas secuestradas cubren un terreno similar, lo que implica la posibilidad de un regreso a salvo. “Crea esperanza”, agregó Jones.
Los supervivientes del Holocausto son algunas de las personas que han conectado con las imágenes. Se reunieron el miércoles en el Museo de la Herencia Judía en un esfuerzo encabezado por la Fundación del Centro Judío de Auschwitz. Cada uno de ellos fue fotografiado sosteniendo uno de los carteles para realizar una imagen grupal compuesta más grande.
Jack Simony, director general de la fundación, a quien se le ocurrió la idea de la fotografía, los llamó la “encarnación viviente de la fuerza y la resiliencia”.
“Sentí que eran exactamente las personas indicadas para sostener las fotografías de los rehenes”, dijo, “para dar un mensaje de valentía a los rehenes, para dar un mensaje de esperanza a las familias de los rehenes”.
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