Otro sacerdote es arrestado en Nicaragua, el cuarto en la última semana

Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes

El sacerdote nicaragüense Álvaro Toledo. (Fuente externa.)

El sacerdote nicaragüense Álvaro Toledo fue arrestado por agentes de la Policía Nacional, lo que lo convierte en el cuarto párroco detenido en la última semana, denunciaron este viernes fuentes religiosas.

El sacerdote, que pertenece a la diócesis de Estelí, en el norte de Nicaragua, fue sacado la noche del jueves de la Casa Cural en el municipio de Ocotal, departamento de Nueva Segovia, fronterizo con Honduras, informó la emisora católica Radio Stereo Fe a través de su cuenta de la red social Facebook.

El párroco de la iglesia Nuestra Señora de La Asunción fue detenido horas después que se refiriera en la homilía del Santísimo a los arrestos de religiosos que pertenecen a la diócesis de Estelí, y advirtiera que la misma "se está quedando sin sacerdotes".

"No tenemos sacerdotes. Pedimos a nuestro buen pastor abundantes vocaciones y a ellos estar en sus parroquias”, dijo el cura en la homilía, en la que advirtió que "sin sacerdotes un pueblo, espiritualmente, está muerto. Qué Dios bendiga a Nicaragua y la bendiga siempre".

Asimismo, anunció que también él podía ser arrestado, como en efecto ocurrió.

"Por ahí andaba un rumor que a mí también me habían llevado. La verdad es que ya sabemos que en cualquier momento nos puede tocar, pero tenemos la paz y la conciencia tranquila", comentó.

Entre el domingo y lunes pasado, los sacerdotes nicaragüenses José Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, y Cristóbal Gadea fueron detenidos por la Policía Nacional, que los trasladó a Managua.

Esos tres sacerdotes, más el párroco Toledo, pertenecen a la diócesis de Estelí, cuyo administrador apostólico es el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado en febrero pasado a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria.

Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.

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