Aumentan denuncias en Portugal por abusos a menores tras publicación de informe Iglesia
El informe final, divulgado el pasado febrero, validó más de 500 testimonios y reveló que había al menos 4,815 casos desde 1950
La Policía Judicial (PJ) de Portugal registró un aumento de las denuncias y contactos con las autoridades por casos de abuso sexual a menores tras la publicación, el pasado febrero, del informe sobre este tipo de delitos en el seno de la Iglesia católica.
"La salida de este informe impulsó, y no me parece algo pasajero, un aumento de los contactos por este tema", reveló hoy el director nacional adjunto de la PJ, Carlos Farinha, en la presentación en Lisboa del libro "En nombre del padre", sobre el fenómeno de la pederastia en la Iglesia lusa.
Farinha, que matizó que este incremento reflejaría que se denuncia más, no que haya más delitos, no avanzó cifras pero aseguró que el aumento fue "sustancial".
Y recordó que ya ocurrió algo similar cuando salió a la luz el macrocaso de abusos a menores conocido como Casa Pia, que duplicó las denuncias de un año a otro.
El director adjunto de la PJ consideró que el número de denuncias de abusos sexuales a menores -en todos los ámbitos, no sólo en el seno de la Iglesia- es "absolutamente terrorífico" en Portugal, con 500 o más nuevas víctimas por trimestre.
"Seguimos siendo un país con mucha criminalidad sexual contra niños. Tenemos que hacer algo para que esto acabe", insistió.
Las denuncias antes partían sobre todo de la madre, pero en la actualidad tienen orígenes muy diversos, desde el padre hasta profesores o progenitores de un conocido.
"Esto nos lleva a pensar que estamos conociendo más el fenómeno", señaló.
"En el nombre del padre", de la periodista y consultora Sónia Simões, retrata el fenómeno de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia en Portugal tras casi un año de trabajo de una comisión independiente creada por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) para investigar.
El informe final, divulgado el pasado febrero, validó más de 500 testimonios y reveló que había al menos 4,815 casos desde 1950, así como curas sospechosos de abusos en activo.
La autora espera que la Iglesia no vea el libro "como un ataque sino como un instrumento para tomar medidas", dijo durante la presentación, en la que señaló que la reacción de los obispos al informe hizo que las víctimas "se sintiesen desacreditadas una vez más".
En un primer momento, la CEP descartó apartar preventivamente a los curas sospechosos y dejó la decisión en manos de las diócesis, que después empezaron a suspender a algunos de ellos mientras se investigaba cada caso.
La "indignación" por esta respuesta llevo a un grupo de víctimas a crear la asociación Corazón Silenciado, explicó durante el acto uno de los fundadores, António Grosso.
Grosso consideró que la iniciativa de crear la comisión independiente para estudiar los abusos fue "positiva", pero no su reacción posterior: "Parece que la Iglesia, cuando vio el informe, se arrepintió".
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