Ecuador suspende negociaciones con líder de protestas indígenas tras ataque a militares
Las protestas han dejado seis muertos, más de 600 heridos y unos 150 detenidos
El presidente de Ecuador, el derechista Guillermo Lasso, suspendió este martes negociaciones que mantenía con el máximo líder indígena para poner fin a protestas por el costo de la vida, que cumplieron 16 días, luego de que un soldado murió en un ataque contra militares.
En una alocución, el mandatario acusó a Leonidas Iza, quien impulsa las manifestaciones por tiempo indefinido, de defender solo "sus intereses políticos".
"No vamos a negociar con quienes mantienen a Ecuador como rehén", afirmó.
La poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que dirige Iza, respondió acusando a Lasso de "autoritarismo, falta de voluntad e incapacidad" y dijo que deberá responder por "las consecuencias de su política belicista".
Las Fuerzas Armadas informaron que un soldado murió y doce uniformados resultaron heridos en un ataque de manifestantes con "lanzas y armas de fuego" contra militares y policías que protegían un convoy con combustible en la Amazonía.
El secretario de la OEA, Luis Almagro, afirmó por Twitter que la "protesta debe ser pacífica y democrática (...) Desestabilización violenta de un gobierno democrático es siempre repudiable".
Un primer cara a cara entre la Conaie y una delegación del Ejecutivo encabezada por el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, tuvo lugar durante más de seis horas el lunes en un intento por distender la crisis.
Pero una segunda jornada de conversaciones fracasó este martes cuando la representación oficial no se presentó en respuesta al ataque.
"Ustedes merecen más que un oportunista como líder (...) Es un acto criminal jugar con la vida de inocentes. El país ha sido testigo de todos los esfuerzos que hemos hecho para entablar un diálogo fructífero y sincero", dijo Lasso, un exbanquero que asumió el poder hace un año.
Iza se refirió a "un ataque brutal" pero dijo que no hay pruebas que señalen a los manifestantes.
"Punto muerto"
El titular de la Conaie reconoció que la negociación está en un "punto muerto" pero se mostró abierto a continuar dialogando. "¿Por qué retroceder si es que ya se ha avanzado bastante?", expresó.
Pidió a la Conferencia Episcopal Ecuatoriana que interceda en la crisis en representación del papa Francisco, quien el domingo llamó al "diálogo" y a "la paz social".
Jiménez replicó por Twitter: "No hay condiciones de diálogo cuando se sigue promoviendo la violencia".
Tras el anuncio de Lasso, centenares de indígenas volvieron a la carga en Quito. En grupos y de manera desorganizada se movilizaron por las calles y a su paso los comercios cerraron.
El elevado costo de vida alimentado por el incremento de precios de combustibles empujó desde el 13 de junio a las carreteras a miles de manifestantes, la mayoría en Quito, para exigir medidas que amortigüen el golpe económico en la producción agrícola y la canasta básica.
Con marchas festivas, cortes de ruta, violentos choques entre la fuerza pública, los indígenas presionan al impopular presidente, que arrastra un 17 % de aceptación pero cuenta con el apoyo de los militares.
Acosado también por un debate en curso de destitución en el Congreso, Lasso cede a cuentagotas ante los reclamos de los manifestantes, que los consideran insuficientes.
Redujo precios de combustibles, aunque no en la proporción que pide la Conaie; concedió una moratoria de deudas hasta por 3,000 dólares para campesinos y levantó el estado de excepción, bajo el cual los militares salieron de los cuarteles en seis de las 24 provincias del país y se impuso un toque de queda en Quito.
Asalto a la democracia
En medio del estallido social, el Parlamento discute desde el sábado la posibilidad de destituir al mandatario, a quien un sector de la oposición considera responsable de la "grave crisis política y conmoción interna" en Ecuador.
"Quienes defendemos la democracia no vamos a permitir que destruyan la institucionalidad del Ecuador", respondió el mandatario en Twitter.
Hasta el martes, en la tercera jornada de deliberaciones, 109 de los 137 asambleístas habían intervenido. Tras el debate, el Legislativo -donde la oposición tiene mayoría, aunque está fragmentada- tiene hasta 72 horas para votar.
La destitución del mandatario requiere 92 votos.
La oposición quiere "asaltar la democracia (...) hago un llamado a defender al país de este intento golpista", declaró Lasso en un video publicado el martes en Twitter.
El movimiento indígena de Ecuador participó en revueltas que derrocaron a tres gobernantes entre 1997 y 2005.
La nación, cuya dolarizada economía empezaba a recuperarse de los efectos de la pandemia, pierde unos 50 millones de dólares diarios por las crisis, según cifras oficiales.
Las protestas dejan en total seis muertos (incluidos cinco manifestantes), más de 600 heridos (entre agentes y civiles) y unos 150 detenidos, según diversas fuentes.
Desgastada por la crisis y desabastecimiento de algunos productos, Quito también es escenario de contraprotestas.
Cientos de ecuatorianos y caravanas de vehículos de alta gama recorren a diario zonas acomodadas, retumbando sus bocinas y ondeando banderas blancas.
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