Ola de ómicron manda al hospital a no vacunados en Brasil

De los hospitalizados en Río de Janeiro, el 88 % no ha completado su vacunación, según la oficina de prensa de la secretaría de salud estatal

Un enfermero acomoda a un enfermo de COVID-19 en la unidad de cuidados intensivos del hospital Dr. Ernesto Che Guevara en Maricá, Brasil 26 de enero de 2022. (AP Foto/Bruna Prado)

La transmisión de la variante ómicron ha provocado una nueva ola de casos de COVID-19 en Brasil, y tal como sucede en otras partes del mundo, está afectando principalmente a los no vacunados.

Brasil confirmó en promedio 162,000 casos semanales hasta el 26 de enero, respecto a los 3,000 registrados a finales de diciembre, la cifra más baja en 20 meses, según la página de investigaciones online Our World in Data. Las muertes se quintuplicaron a un promedio de 370 por día en comparación con principios de mes, pero mucho menos que el año pasado.

“Vemos que la gente hospitalizada son las que no se vacunaron o no recibieron las tres dosis, que tienen comorbilidades”, dijo la doctora Rafaela Ribeiro a The Associated Press en la unidad de cuidados intensivos de su hospital en Maricá, en el conurbado de Río de Janeiro. “Esta vez el equipo médico está más preparado. Al principio no sabíamos cómo tratarlo. Era un caos”.

Mientras ciudades como Río se apresuraron a vacunar a sus habitantes —el 98 % de los adultos han recibido dos dosis de la vacuna desarrollada por Jannsen— otras zonas del país están retrasadas.

Los estados de la región norteña, que abarca la vasta selva amazónica, tienen las tasas de vacunación entre las más bajas del país, según la confederación de secretarías de salud estatales. En el estado de Amazonas, el número de contagios la semana pasada fue el más elevado desde el inicio de la pandemia en 2020, y el doble del año pasado, cuando colapsó el sistema de salud estatal. Aunque las hospitalizaciones y los casos de insuficiencia respiratoria y muerte han aumentado en las últimas semanas, siguen muy por debajo de las cifras del año pasado.

Tras una demora en el inicio de su campaña de vacunación, Brasil se ha colocado a la par de muchos países y sobrepasado a otros. Según Our World in Data, el 70 % de los brasileños han recibido dos dosis de la vacuna, comparado con el 63 % en Estados Unidos. Apenas 40 millones de personas en un país de 214 millones de habitantes han recibido las dosis de refuerzo, según datos del gobierno.

El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, viajó a Manaus, la capital de Amazonas, durante el fin de semana para impulsar la campaña de vacunación. El miércoles por la noche, de regreso en Brasilia, dijo que los hospitales han mejorado en el último año, cuando la cifra de muertes de COVID-19 superaban las 4,000 diarias, y nuevamente enfatizó la necesidad de vacunarse.

“Es fundamental que aumentemos la cobertura de la segunda dosis. Hay estados donde la cobertura no es tan amplia como en estados” más poblados, dijo Queiroga a la prensa, y añadió que niños y adolescentes deben vacunarse.

Pero el gobierno envía mensajes contradictorios sobre las vacunas. El presidente Jair Bolsonaro es abiertamente escéptico, se niega a vacunarse, se opone a la inmunización de los niños y advierte sobre posibles efectos colaterales. Se han aplicado decenas de millones de vacunas a niños en todo el mundo con muy pocos casos de efectos colaterales graves. Además, los riesgos son menores que los de contraer COVID-19.

El ministerio de Salud incluyó a niños de cinco a 11 años en su plan de vacunación el 6 de enero. Pero una nota técnica del ministerio el 20 de enero incluía una tabla según la cual las vacunas no eran seguras ni eficaces para el tratamiento del coronavirus, como sí lo era el medicamento contra la malaria hidroxicloroquina. Las pruebas han demostrado ampliamente que no es eficaz contra el COVID-19.

Ante la reacción indignada de los expertos, el ministerio retiró la nota y emitió una nueva sin la tabla.

Aunque esta ola del coronavirus no ha provocado enfermedades graves o muertes, el temor ante el aumento de los casos ha llevado a las autoridades a cancelar o aplazar las fiestas del Carnaval. El desfile mundialmente famoso de Río de Janeiro fue aplazado hasta abril.

Ante el aumento de las hospitalizaciones, el ministerio mantuvo los fondos para camas en UCI durante un mes más, según dijo en un comunicado.

De los hospitalizados en el estado de Río de Janeiro, el 88 % no ha completado su vacunación, según la oficina de prensa de la secretaría de salud estatal.

Las salas de emergencias de los hospitales enfrentan la mayor demanda, a diferencia de las UCI, según el vicepresidente de la sociedad de especialistas en enfermedades infecciosas, Alberto Chebabo.

“La mayoría de los casos graves se dan entre los ancianos, en particular los que no han completado su vacunación”, dijo Chebabo en una videollamada. “La probabilidad de hospitalización de un anciano con su esquema de vacunación incompleto es 17 veces mayor que para los que tienen dos o tres dosis”.

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