AI: La Policía de Kenia usó "armas letales" de forma ilegal contra protestas pacíficas

Investigación revela uso desmedido de gas lacrimógeno y balas por parte de la policía

Amnistía Internacional denuncia uso ilegal de fuerza letal por la policía en Nairobi. (Fuente externa)

La Policía de Kenia usó "armas letales y menos letales, como gas lacrimógeno, cañones de agua y porras" de manera "ilegal" para contener protestas pacíficas, incluida la que derivó en el asalto al Parlamento el pasado 25 de junio, denunciaron este miércoles Amnistía Internacional (AI) y otras cinco organizaciones.

Al menos seis personas murieron ese día a manos de la Policía, cientos resultaron heridas y trece desaparecieron, concluyeron las ONG tras analizar más de 45 vídeos y cien fotografías tomados aquel martes en el centro de Nairobi, donde miles de manifestantes protestaban contra un polémico proyecto de ley con subidas fiscales.

El del asalto al Parlamento fue el día más convulso de las protestas, que comenzaron el 18 de junio, promovidas en redes sociales por jóvenes y se prolongaron hasta agosto, aunque con menos participación y convertidas en antigubernamentales después de que el presidente keniano, William Ruto, renunciara a firmar la ley.

Entre junio y agosto, al menos 61 personas murieron víctimas de "ejecuciones extrajudiciales" en toda Kenia, dijo este miércoles en una rueda de prensa en Nairobi la directora ejecutiva de la Unidad Médico-Legal Independiente (IMLU), Grace Wangechi.

Además, cientos de personas resultaron heridas y 72 fueron víctimas de desapariciones forzadas, de las cuales 27 continúan en paradero desconocido.

"El derecho a protestar en Kenia está amparado por la Constitución. Es inaceptable que, en vez de facilitar y proteger a los manifestantes, la Policía recurriera al uso de la fuerza letal", reprochó el director ejecutivo de AI Kenia, Irungu Houghton.

Acusaciones

Según el material audiovisual analizado por las seis organizaciones pro derechos humanos, así como los testimonios de 23 testigos, el 25 de junio la Policía hizo "uso de una fuerza innecesaria y desmedida contra los manifestantes".

Algunos agentes vestidos de paisano que portaban armas "colaboraban con la Policía y se desplazaban en vehículos sin distintivos", y la mayoría de ellos no mostraban su número de placa como exige la ley, según AI, IMLU, la Sociedad de Abogados de Kenia (LSK, siglas en inglés), los colectivos Defenders Coalition y Article 19, y Médicos por Kenia.

"A excepción de incidentes aislados en los que algunos manifestantes lanzaron piedras o botes de gas lacrimógeno a la Policía, la protesta (del 25 de junio) fue pacífica", sostuvieron.

Sin embargo, desde las 10:30 hora local (07:30 GMT), los agentes comenzaron a lanzar "granadas y botes de gas lacrimógeno directamente a los manifestantes".

La brutalidad policial se mantuvo durante toda la jornada en los alrededores del Parlamento.

A las 14:56 (11:36 GMT), cuando los manifestantes entraron en el recinto, "hombres vestidos de civil respondieron disparando" con "rifles y pistolas".

"Los investigadores contaron al menos 45 disparos en 56 segundos", destacaron las organizaciones, que lamentaron que no se tomaran medidas de prevención, pues la protesta había sido anunciada con días de antelación.

Además, el 25 de junio la Policía disparó botes de gas lacrimógeno en al menos tres puestos médicos que trataban a manifestantes heridos.

Un doctor vestido e identificado como tal fue tiroteado en el pecho con un "proyectil de impacto cinético" (pelotas de goma o plástico) y otro fue detenido y después liberado.

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