La juventud argelina, convocada a votar sin ilusiones acerca de un cambio real

Continúa la lucha de los opositores contra un gobierno autoritario

Se acercan las elecciones presidenciales y un grupo de personas pasa junto a una pancarta electoral del presidente saliente y candidato a la presidencia de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, en Orán. (Fuente externa)

Este sábado 7 de septiembre, Argelia va a las elecciones presidenciales en las que no hay nada realmente en juego.

El jefe del Estado saliente, Abdelmadjid Tebboune, es considerado el favorito para seguir en el poder. Y los jóvenes argelinos, maltratados desde el movimiento Hirak, están completamente desilusionados. No les entusiasma en absoluto participar en las elecciones y volverle a dar el poder a alguien que continuará el régimen de Buteflika.

La ilusión del cambio

Cuando llegó al poder, el presidente Tebboune calificó de “bendito” el movimiento popular de protestas, el Hirak [iniciadasel 16 de febrero de 2019 ], dando la impresión de que él también estaba a favor del cambio.

Sin embargo, tan pronto como asumió el cargo, la opresión se reanudó con más fuerza. Líderes de partidos políticos, sindicalistas, abogados, periodistas y activistas por el cambio fueron enviados a prisión.

Se reprimió toda expresión libre crítica con el gobierno y se intimidó a la oposición. Las autoridades han pisoteado las libertades individuales y colectivas y los derechos fundamentales, y Argelia se encuentra ahora en un estado de represión continua.

Una forma de autocensura se ha instalado entre los argelinos, debido sobre todo al gran número de presos de conciencia.

En el espacio de un mandato, el presidente Abdelmadjid Tebboune ha encarcelado a más ciudadanos que durante el periodo que va desde la independencia de Argelia hasta su reinado, afirma Aïssa Rahmoune, abogada del Hirak, actualmente exiliada en Francia.

El balance del Presidente Tebboune en materia de libertades es catastrófico. Amnistía Internacional y otras ONG le han criticado varias veces por su política en materia de libertades.

Sin embargo, la cuestión de la opresión fue completamente ignorada durante la campaña electoral.

Los demás candidatos

En privado, muchos argelinos califican de “títeres “ a los otros dos candidatos presidenciales. Youcef Aouchiche y Abdelaali Hassani Cherif nunca se han opuesto al clima de opresión política que reina en el país. Ambos candidatos han prometido vagamente más libertades si ganan.

Estas elecciones son las más importantes después del movimiento popular en Argelia en 2019, y el gobierno ha hecho todo lo posible para animar a los argelinos a acudir a las urnas el sábado 7 de septiembre.

En 2019, el presidente Tebboune ganó las elecciones con una participación oficial del 39,8%, la más baja de la historia de las elecciones presidenciales en Argelia.

Según varios observadores, la verdadera cuestión en estas elecciones no es la victoria ampliamente anticipada de Tebboune, sino la participación. La población argelina podría así utilizar la abstención como arma contra el gobierno.

Tras el fracaso del Hirak y la brutal toma de la sociedad, los jóvenes argelinos muestran una gran indiferencia hacia estas elecciones, y los abstencionistas se consideran el principal partido político de Argelia. Desertar de las urnas no es una postura de neutralidad, es una política.

Sobre todo ante un presidente que declaró a una cadena de televisión en 2021:”«A partir de ahora, yo soy el Hirak”.

Las elecciones presidenciales de Argelia se celebran este sábado 7 de septiembre. Desde el comienzo de la campaña, las detenciones se han multiplicado en todo el país. Dirigentes políticos, activistas e incluso internautas de a pie están siendo detenidos por las autoridades por publicar mensajes en Facebook o participar en manifestaciones no violentas.

El lunes, Amnistía Internacional publicó un informe en el que pedía a las autoridades que “pusieran fin a la represión del espacio cívico en el periodo previo a las elecciones presidenciales”.

“En su mayoría, se trata de personas detenidas por publicaciones en redes sociales. Pero también puede tratarse de activistas políticos que han sido detenidos por intentar celebrar reuniones pacíficas. En agosto detuvieron a unos sesenta opositores políticos porque intentaban participar en una conmemoración histórica. En general, suele haber una fase de desaparición, lo que significa que no se sabe dónde están recluidas las personas durante varios días, y a menudo reaparecen después ante los tribunales”, explica Nadège Lahmar, responsable de Amnistía Internacional sobre Argelia.

Hay una serie de disposiciones, redactadas en términos bastante generales en el Código Penal, que son bastante abusivas y las autoridades judiciales y de seguridad las utilizan con bastante regularidad.

Por ejemplo, está el artículo 100 del Código Penal sobre incitación a la reunión desarmada, que en realidad es incitación a manifestarse, incitación a una reunión, que no tiene por qué estar tipificada como delito, pero que se utiliza con regularidad”.

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