Ginny Heinsen y Paola Tineo
Esta entrevista no se queda en las palabras. Ginny y Paola son mujeres de acción, que es lo que necesita, no solo nuestro país, sino todo el planeta: que los discursos y promesas se conviertan en hechos. Para el Día Mundial del Medio Ambiente, que celebramos este próximo cinco de junio, estas dos mujeres son el ejemplo que necesitamos imitar.
Ginny Heinsen
Su apodo es Ginny. Le han llamado así desde que era una bebé. Su nombre es Virginia. No es académica. Hizo carrera técnica y se ha ido formando en cursos en línea, en invitación a países. Es Auxiliar naval. Pertenece al cuerpo civil uniformado de la armada, como directora de la unidad de medio ambiente.
¿Qué detonó su interés por el medio ambiente?
Los años después de la Guerra Mundial, cuando Estados Unidos motorizó su economía en base a la producción y al crecimiento ilimitado, nadie pensó que los recursos del planeta tenían un límite. Sencillamente era crecer, crecer, crecer, como si fuera inagotable. En el 2004, entré a trabajar en la fundación Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF), para trabajar en el área ambiental y tuve el privilegio de estar guiada por Luis Crouch, fundador del CEDAF. Él me exponía al tema, provocaba que me hiciera preguntas, que indagara. Él decía que una de las cualidades más importantes del ser humano es la curiosidad. Luis me expuso a temas como “Bosques Nublado”. Así conocí eminencias como Eleuterio Martínez, biólogo de la academia de ciencias, apasionado del tema medioambiental. Era inevitable escucharlo y no contagiarse. Fue irremediable que, al estar expuestas a figuras apasionantes, al trabajar el tema me interesara cada vez más. Hoy se dice que hay que desaprender. Pero yo no tuve que hacerlo porque yo no sabía (risas). Cuando entiendes que los recursos son agotables, y uno ve la cultura de consumo que tenemos, es inevitable que uno se alarme, primero que haga conciencia de cómo uno vive y poco a poco, hacer ciertos cambios. Eso fue lo que yo hice. Fue como un efecto dominó: la información, la sensibilización y el empoderamiento para hacer cambios.
¿Cuál es actualmente el mayor desafío que enfrentamos en materia medioambiental?
Uno de ellos: el uso desmedido del plástico. Justo este año, las Naciones Unidas celebra el Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema “Sin Contaminación por Plástico”. Eso es lo que más aparece en las barrigas de los animales. Las ballenas, los delfines, las tortugas que se mueren, lo que tienen en el estómago es plástico: fundas, tapitas y botellas. En Blue Planet II (una serie documental de siete episodios) Sir David Attenborough, aparte de demostrar las bondades del océano, señala que a ese océano que pensábamos que era ilimitado para echar basura, hoy día llegan ocho millones de toneladas al año de basura. Con tanta información no puedes quedarte con los brazos cruzados.
Leyendo sobre temas de medio ambiente, me encuentro mucho con la palabra “impacto”. ¿Qué le impactó para que decidiera que tenía que haber un cambio?
Cuando estaba en el CEDAF, en el 2010, el Banco Popular nos pidió un programa de reciclaje en escuelas. Les pedí unas semanas para hacer una propuesta. Indagué y descubrí que aquí había industrias del reciclaje. Muchas. Lo que pasa es que no se promocionan. Yo fui, visité sus almacenes y vi mucho papel. Me dijeron que el 90% venía de fuera “porque la gente aquí no quiere reciclar y ponerle la mano a la basura”. Les pregunté si es que aquí no había suficiente y me contestó: “no, aquí hay suficiente para todo el mundo y para exportar”. Eso me impresionó. No podía creer que nosotros estuviéramos botando residuos que son recursos.
Así inició todo.
Sí. Así montamos el programa de reciclaje con el BP y fue un detonante. Mi hija le dio un giro educativo y preparó inclusive un módulo de 14 clases, basado en la cultura de desarrollo del pueblo japonés que es reducir, reusar y reciclar. De las tres, la más importante es la primera, reducir. He llevado a Duquesa al Ministerio de Educación, a escuelas, a empresas, a la parte administrativa del Senado. Allí hay una mina a cielo abierto de recursos que están dañándose.
Suena un poco paradójico lo que dice, ¿valor en los desechos?
Precisamente. Hay más oro en desechos tecnológicos, como computadoras, por metro cuadrado, que lo que tendrías al perforar la tierra para buscar oro.
¿Sí? ¿Y cómo se traduce eso?
Estamos perforando la tierra, contaminándola en su proceso para sacar un recurso que dura más de 70 millones de años, que es el petróleo, para hacer productos que apenas duran segundos en nuestras manos, como el calimete, las botellas, los platos, cubiertos, vasos. Y yo les pregunto: ¿dónde está la inteligencia nuestra? Yo tengo relaciones y mis Litis con todas las personas que están en la cadena del consumo y obviamente, con los plastiqueros. La industria del plástico nos apoya y llevamos gente a limpiar. Mensualmente limpiamos la playa del Fuerte San Gil, que es la perfecta por la cantidad de basura que hay. Y cuando haces esa limpieza, usted convence a la gente que no podemos seguir así. La misma industria lo sabe, pero mientras no haya un marco legal, una ley de residuos que todavía no sale, no es verdad que esos industriales serán Madre Teresa de Calcuta y van a cambiar su manera de hacer dinero por algo que no les permite ser exitoso financieramente.
¿Eso implicaría que cerrarán esas industrias de plástico?
Sí. En muchos casos. El 80% de los corales aquí en el Caribe están muertos. Y no es que solamente sea el plástico, también están las aguas residuales, que eventualmente hay que trabajarlas. Pero, viendo que los plásticos van de nuestras playas hasta el sitio más remoto... Estuve en Montecristi y fui a los Cayos Siete Hermanos. Eso es mar afuera, nadie vive allí, y estuve limpiando basura plástica. Eso es que el río Yaque del Norte viene como una fuerza desde Manabao aspirando todo. Cuando va a llover, el campesino pone la basura en la ribera, para que el camión, que es el agua, se la lleve. Entonces, ¿dónde están las sanciones y las consecuencias? Medio Ambiente, sin instrumentos reales, está haciendo maravillas. Pero medio ambiente somos todos nosotros.
Si eso implica que las industrias de plásticos cierren, es una barrera. Será muy difícil que quieran ceder.
Es que tiene que haber una transformación. Yo le digo a los industriales, ustedes lo que saben es hacer dinero. Ustedes van a ser millonarios con el plástico desechable y con los productos sostenibles. Ahí es donde te digo que el Estado tiene que poner reglas claras. Las reglas, las sanciones y consecuencias tienen que estar muy bien definidas. Para eso necesitamos esa Ley de Residuos, que hace un año está en la Cámara de Diputados. Y tiene que haber incentivos para que esos jugadores poderosos económicamente, digan “ah, me voy a poner de ese lado”.
Hay mucha gente que todavía confunde los términos de reciclar y reutilizar.
No es lo mismo. Reutilizar es toda una cultura que abre las puertas a la economía de las PYMES. Tienen que haber sastres, reparadores de lavadoras. Eso moviliza la economía y abre las puertas a que compres algo de mejor calidad. El reciclaje es tal vez lo más moderno en el término, pero es lo último en la línea. Primero hay que repensar, reducir, reutilizar, ir hacia basura cero. ¿Qué hace falta? Una campaña nacional. Aquí para empezar no pagamos lo suficiente para el retiro de basura. ¿Cuál va a ser el incentivo de separar los reciclables? Debe haber más facilidades de recolección separada y una campaña de comunicación eterna.
Si pudiéramos calificar al país en materia medioambiental. ¿Qué nota le pondría?
Mira, nosotros no estamos tan mal. Y obviamente no estamos tan bien. Tenemos un gran potencial. Somos de las islas que tienen mayor capacidad instalada en el tema de industria del reciclaje. Se sorprendería...
Pero es que no se percibe.
No. Lo que pasa es que esas industrias están en la periferia. Lo que se ve es la “Coca Cola”. ¡Mira qué distorsión! Ya la Coca Cola ha recibido muchos “ramplimasos” de activistas y si la atacan tanto, no es porque sean los únicos, es porque son un líder. ¿Te has fijado en su campaña de hace unos meses? Toda su publicidad, vallas, son en botellas de vidrio. ¿Por qué no lo vemos más a menudo? Porque los supermercados no quieren el problema de recibir de vuelta botellas de vidrio. Hay que ayudarlos.
Todavía no me ha dado su puntuación...
No te puedo dar un número para RD, porque literalmente todos los Estados Insulares estamos casi en pañales. Pero nosotros tenemos la capacidad de industrias de reciclaje instalada, que lo que necesitan y demandan son reglas claras, un marco legal para invertir. Los líderes turísticos están locos por invertir en un vertedero como debe ser. ¿Pero qué pasa? que la Ley como está no se lo permite. Los Alcaldes y directores distritales, salvo el de Santiago, no tienen la capacidad de avalar una inversión más allá de su término. Eso quiere decir que cuando vienen esas inversiones para arreglar esos vertederos, necesitan 15 o 20 para el retorno de su inversión.
¿Dónde hace falta reforzar más?
En los hábitos de consumo. Un poder en el mundo es la publicidad. Queremos usar ciertas marcas, ser flacas, porque no lo tiran por ojo, boca y nariz. Yo considero que ese poder de mercadeo hay que dirigirlo. Que las autoridades deben sentarse con las agencias publicitarias y las marcas, y decir esto es un compromiso de todos. En cualquier anuncio pongan aunque sea una hojita verde. Tengan algún concepto de conciencia social.
Paola Tineo
Es médica, diseñadora y ambientalista. Su historia con el medio ambiente inició hace 20 años, cuando en la universidad le decían “Paola la ecológica”, porque todo lo hacía reutilizando materiales. Dejó de usar maquillaje. Se la pasa dando talleres, visitando hogares para educarles a llevar una vida eco amigable. Tiene en proyecto iniciar videos educativos.
¿Cuál fue la razón que te impulsa a llevar una vida eco sostenible?
El amor por la naturaleza surgió cuando estaba en la universidad, aunque desde pequeña tenía como esa sensación. Pero fue al tomar una asignatura referente al tema, que hice “click”. A partir de ahí fue creciendo. Luego empecé a ser docente en el área, y a implementarlo en mi estilo de vida.
Cuando comienzas a interesarte en el tema, ¿qué fue lo que te impactó para que te motivaras a ser parte de ese cambio?
Lo que más me impactó es como hemos perdido la relación con la naturaleza. E inmediatamente eso sucede, lo negativo ha surgido. Cuando creemos que estamos por encima de ella, cuando nos olvidamos que estamos directamente conectados, es que han venido todos los conflictos.
¿De qué manera entonces inicia tu cambio de vida?
Empezó con todo lo que tenía que ver con residuos, con plásticos; disminuir todo lo que fuera consumo. Porque a la larga esa es la base para una vida sostenible. El reciclaje es una solución, pero la base de una vida eco amigable es tener un criterio a nivel de consumo. Mientras más consumista somos, en general, hasta con la comida que compramos, hay mayor impacto. Y también me preguntaba si lo necesitaba o no. Fue un ejercicio.
¿Fue difícil esa transición? Sobre todo, cuando hoy día parece como si estuviéramos estancados en el tema.
Lo que pasa es que requiere un cambio de mentalidad, de actitud, de costumbres. Hacer que la gente lo logre no es algo que nos gusta. A mí me tocó ir descubriendo qué productos impactan al medio ambiente a nivel de comida o higiene. O qué puedo elegir entre un producto o envase... a nosotros nos tomó unos años esa investigación y cambiar poco a poco. La idea es esa: transmitir esos conocimientos para que sea el proceso mucho más corto en los demás. No es abrumador, se puede. Uno elige un cambio un mes y después otro. Es como les digo a mis estudiantes, que uno se llega a poner el cinturón en el carro sin darse cuenta. Uno puede lograr eso con una vida eco-amigable.
El proceso entonces no es tan traumático como aparenta.
No, no lo es. Si tienes información puedes lograrlo. Con una decisión sencilla si conozco el tema, puedo ayudar. Por ejemplo, si al escoger un champú sé que dos ingredientes no deberían estar; si el pote tiene un signo de reciclaje #1, con eso puedo lograr que el ciclo de vida de ese producto entre dentro de una economía circular, porque se va a poder reciclar, y sé que esos ingredientes no van a afectar mi salud al ser absorbido por mi cuerpo, ni cuando vaya por el desagüe a la calidad del agua.
¿Qué hace Paola en su casa de manera práctica?
En mi hogar no se utilizan ni detergentes, ni cloro, ni desinfectantes. Toda la limpieza se hace con bicarbonato de soda y vinagre. Beneficia a la salud del medio ambiente pero también al bolsillo le cae muy bien (risas), porque con esas dos cosas que son sumamente económicas lo resuelves todo, incluso hasta el suavizante de la ropa. A nivel de alimentación, todo lo que comemos es completamente orgánico, o producción de nuestro huerto o compramos a mercados orgánicos locales.
Hay personas que se quejan porque entienden que la comida saludable tiende a ser mucho más cara.
Eso es muy interesante, y es que hay cosas que sí son más caras, porque mientras más industrializado es un producto, mucho más barato sale. No es lo mismo un monocultivo, en el cual se utilizan agroquímicos, y no tienes problemas a nivel de plagas, que cuando tienes una producción orgánica que requiere mucho más mano de obra, mucho más trabajo, y menor cantidad a nivel de número. Sí, hay cosas que salen más caras, pero ¿me debería cuestionar que sea más cara o por qué la comida que no es saludable es más barata?
¿Qué tan receptivos han sido tus hijos en este proceso? ¿Cómo has manejado el tema de la alimentación con ellos?
Lo tienen integrado, principalmente la mayor. Ellos saben que, por ejemplo, el jugo es mejor que el refresco y que los que tienen colorantes son menos saludables. Piden que le quiten el calimete, se comen sus vegetales. ¡Hasta le hice un video comiendo su coliflor como si fuera un muslo de pollo! Los niños no suelen tener esa amplitud de sabores. Mientras más cosas les das recién hechas, van adquiriendo un paladar más amplio y se abren más a esos alimentos.
Con respecto a la alimentación, ¿qué consecuencias pueden tener para el medio ambiente?
Todo lo que es producción de carne de ganado tiene un impacto a nivel de cambio climático, por las emisiones de metano, la cantidad de agua que se utiliza, el tema de transporte, todo el tema de las emisiones. Se recomienda que, si vas a elegir una fuente de ingesta animal, deberían ser pescados, principalmente pequeños, no salmones ni atunes. Por un lado, son los que más ocupan mercurio en sus tejidos, porque nuestros océanos están contaminados. Además, los pequeños son los que tienen mayor y más rápida reproducción. Si vas a consumir pollo, que sea el criado en granjas libres.
¿Qué le hace falta a nuestro país en materia de educación ambiental?
Nos falta mucho, aunque se ha notado el cambio. La gente tiene más conciencia. Ha comprendio que cada acción de nosotros, cualquiera, tiene un impacto; que los cambios en nuestras acciones tienen un resultado positivo, que puede ser significativo en emisiones, agua, energía.
¿Dónde hay más urgencia?
En el tema de residuos. A mí me preocupa mucho. No nos estamos dando cuenta, pero nos estamos ahogando en nuestro propio consumo. Mientras más botamos, significa que más consumimos, entonces más se produce también. Es toda una cadena.
Desde tu papel como maestra y tallerista, ¿notas receptividad de la gente?
Sí, sobre todo cuando comprende que toda acción que hace tiene una relación directa con su salud. A la larga uno termina siendo un cóctel de químicos: el desodorante y la ropa que usas, lo que comes... todo eso es químico sobre químico.
Esto es inminente. ¿No tiene marcha atrás?
El cambio climático está y no se irá en las próximas décadas. Porque las emisiones de CO2, una molécula, dura en la atmósfera de 50 a 200 años. Las que tenemos hoy pueden ser de unos 60 años atrás. Y nosotros producimos en los últimos 60 años, y seguimos produciendo. Aunque paremos desde cero, ya hay moléculas en el aire que de por sí aumentan las temperaturas, y el aumento de la temperatura trae todo el problema del cambio climático. No tenemos vuelta atrás. El cambio climático es la realidad y será nuestra realidad de ahora en adelante.
¿Esto qué significa?
La proyección de lo que vamos a vivir en los próximos años va a ser dura. En el tema de agua, temperatura, como habrá infiltración de agua salada en el agua potable... ya es tiempo que cada uno haga acciones que puedan disminuir sus emisiones, su impacto, y adaptarse a lo que viene. Puedo ir disminuyendo lo que emito, tenemos que hacerlo, porque si no paramos, para el 2,100 las cosas estarán invivibles. La idea es ir reduciendo para que con los años se pueda ir controlándose poco a poco, y me adapte a lo que viene. Si habrá escasez de agua tengo que ser consciente de que tengo que consumir menos agua, porque es el agua que voy a necesitar mañana. No es para volverse loco, hay que aceptarlo, hacer cambios e irse adaptando. Así es que uno se da cuenta que un estilo de vida sostenible debe ser ya el estilo de vida de todos. Yo emito cosas es a mí que me da. En la atmósfera no hay fronteras. Toda la contaminación que se produzca, donde sea, te va llegar.
Consejos para empezar un estilo de vida eco amigable, por Paola Tineo
1 No te abrumes. Los cambios no hay que hacerlos todos de la noche a la mañana. Es poco a poco.
2 Selecciona hacer un cambio por mes.
3 Ten un termo en lugar de comprar botellas de agua.
4 No comprar los botellones de agua, sino poner un filtro.
5 Andar con los bolsos reutilizables, para eliminar las fundas de plástico.
6 Busca tutoriales de cómo hacer tu jabón, champú y desodorante.
7 Contágiate de las pequeñas acciones.
Fotos: Jerameel Reyes—Estilismo y dirección de arte: Joselo Franjul —maquillaje: Bryan Santana —peinado: Elvira Sepúlveda —Locación: Green Paisajismo