Gabriel, apasionado del merengue
En esta entrevista queremos presentarles a Gabriel Enrique Ramírez Pagán. Un joven apasionado de la música que tomó la bandera del merengue y asumió su ritmo como un reto personal para demostrarle al mundo que este género es el reflejo del sabor que tiene República Dominicana. Gabriel, al que pronto veremos en escena en el Festival Presidente, estrena ahora nuevo videoclip en el intermedio de su gira por Latinoamérica.
Hay personas que piensan que saliste de pronto. ¿Nos recuerdas cuándo comienza a escribirse la historia de Gabriel, el artista? Siempre digo que yo no escogí la música. Fue la música que me escogió a mí. Desde que tengo uso de razón tengo ese amor, esa conexión con todo lo que tiene que ver con música. Cuando era un niño iba a las competencias intercolegiales a cantar con mi guitarra. Fui creciendo y ese amor y esa pasión fue creciendo. A los 17 años tomé la decisión de partir a Berklee a estudiar producción musical durante cuatro años. Cuando salí, me mudé a Miami, donde empecé con mi estudio de grabación.
¿Cuál es el siguiente paso? Empecé a producir, a trabajar con gente de la industria, a buscar ese estilo de música que me iba a identificar, a representar. O que yo podía representar de la mejor manera. Así nació el primer álbum “Peripecia” en 2013. Luego puede decirse que pasé por un período de transición, de una búsqueda personal, persiguiendo ese espacio, esa esquina que todavía no había encontrado. Pasé casi dos años estudiando diferentes estilos. Grabé discos de bachata, de merengue... y digamos que a final de 2014 lancé una canción con Mozart La Para, “Ta’ Pacheco”, que realmente no era mi espacio, pero la hicimos pa’tripiar.
¿Pero te sentías cómodo con la canción? No es que no me sintiera cómodo, es que fue un relajo que no pensábamos que iba a trascender. Al final fue todo lo contrario. Luego me puse a trabajar más cosas. Tenía una canción, “Como te sueño yo”, se la presenté a Vladimir Dotel a ver si le gustaba y hacíamos algo. Resulta que a ‘Vladi’ le gustó mucho la canción, se montó y la hicimos.
¿Qué significó para ti? Creo que “Como te sueño yo” marca un antes y un después en mi carrera, porque me abrió las puertas a una línea y a un concepto musical que hacía tiempo que nadie rebuscaba, al menos dentro de mi generación. Con la canción me dije: esta es mi línea, y en base a ella salió “Tú y yo”, “Pa’ nosotros dos” y “A tan solo una hora”. Decidimos apostar a las canciones y darle fuerte. De ahí, a su vez, nació el disco “Contracorriente” a finales de mayo. Desde entonces estamos de gira por toda Latinoamérica. Hemos ido a unos 16 países, hemos estado –literalmente– llevando la güira y la tambora país por país, haciendo que la gente conecte, se mueva y se regocije con esta música que es un tesoro patrio para los dominicanos. A mí realmente me da mucho orgullo y alegría poder decir que estoy luchando por un género musical que necesita jóvenes que simplemente aporten, traigan ideas nuevas y conceptos nuevos para que nuestra generación también conecte. Porque no puedes pretender que un género musical se mantenga solo con gente que tiene más 30 años en el negocio. Para que pueda trascender necesita sangre nueva que apueste por esta música.
Tu generación tiene otro gusto musical, no porque no guste el merengue, sino que no es la línea. De hecho, tu perfil no es el que acostumbramos a ver en un merenguero local... Nada que ver. Inclusive yo consumo otro tipo de música. Si me preguntas yo escucho The Weeknd, Bruno Mars, Cold Play, Maroon 5...
Entonces, ¿por qué decidiste hacer merengue? Porque soy dominicano, y esto es algo que conozco. Yo consumo mucho merengue también: Juan Luis Guerra, Jonny Jhon, Chichí Peralta, Ilegales, Proyecto 1, Sandy Papo... hay mucho contenido. Yo decía: “puedo agarrar esto, modificarlo y agregar algo diferente que sí conecte con mi generación, que no sea el merengue retro. Tiene como base el merengue, pero con otros colores que llaman la atención en otros estilos. Para mí fue una oportunidad porque vi el espacio totalmente abierto. Y tengo la facilidad de escuchar y ver cosas donde mucha gente no lo ve.
En una entrevista reciente a José Antonio Rodríguez, él decía que se puede competir con el merengue. Tú que has estado de gira y haces merengue, ¿lo confirmas? No creo que sea una competencia. Siempre he dicho, y lo he demostrado con mi música en los países donde hemos estado trabajando, que al final no es cuestión de género sino de una buena canción. La gente conecta con lo que escucha, con lo que se identifica. Cuando hay contenido, buena música, y se escucha chévere, la gente va a conectar de una forma u otra. Estoy 100% seguro de que es así. Al final no importa el género, importa el cariño que le ponga el exponente y que conecte con la gente. Así como hay personas que aman lo que hago, hay otras a las que no les va a gustar. Pero la música es cuestión de gustos, al final nadie hará música que le guste a todo el mundo. Como artista debo encontrar un espacio donde me sienta cómodo, en el que yo sea real, en el que haga algo auténtico, y en el que la gente pueda conectar con mi trabajo.
¿Harías algo para ir en la línea que exige el mercado, aunque no se parezca tanto a tu esencia? No creo que la esencia de un artista tenga que ver con el estilo generalmente. Más bien tiene que ver con encontrar tu identidad independientemente de lo que toques o cantes. Tú eres tú. Juan Luis ha grabado merengue, bachata, salsa, bossa, jazz. ¿Qué es Juan Luis Guerra? Es Juan Luis. Su trascendencia y su aporte a la música ha sido tan grande que no ha importado el estilo o el género de la música al que haya incursionado, él sigue siendo Juan Luis.
Pero hay otros artistas que mantienen firme su línea... Sí, que son un poco más ortodoxos. Pero creo que desde que inicié en esto siempre he dejado muy claro que he sido muy fusión. Independientemente de que esté abrazando el merengue, porque es un estilo con el que me he identificado mucho como dominicano y me he propuesto llevar la güira y el merengue a lugares donde otros de mi generación todavía aún no han querido llevarlo, siempre me mantengo haciendo fusiones. Lo hice en “Playa y arena” con Mark B, en “Ta’ Pacheco” con Mozart La Para. Vengo con varios features bien interesantes, un poco más ambiciosos que los anteriores que he hecho. Creo que la gente simplemente va adaptándose y absorbiendo lo que a uno le van dando. Esta es una carrera de constancia, de disciplina, de tiempo, de paciencia, de saber aguantar y coger. Como cualquier artista, lo que tenemos que hacer es absorber lo que nos suma y desechar lo que no. La gente no es paciente, por lo general no piensa lo que dice. Es muy fácil hablar y apuntar a los demás sin saber lo que hay detrás.
¿Está en tu mente entonces hacer otro tipo de fusiones musicales? Sí, constantemente. Yo me considero muy musical. Si hay canciones o estilos que me mueven, incursiono en eso. Siempre me ha gustado. Creo que es una facilidad que tengo y, como te dije, mi misión es que otros jóvenes de mi generación, y hasta más jóvenes, apuesten y conozcan que hay miles de formas de hacer que un estilo se renueve y conecte con el público. Porque la música se transforma y va conectando dependiendo de a qué público la quieres dirigir.
Tenemos muchos bombardeos en las redes, y recientemente hubo un debate en esa vía, sobre si la educación depende de los padres o también de lo que hay en el ambiente. Eres un músico joven, ¿crees que con tu música tienes el deber de edificar, cuidando las letras? Sabes que eso es tema de discusión sobre todo con la nueva generación. La música y los artistas tienen mucha incidencia en cómo piensan los jóvenes, como actúan, reaccionan, qué piensan que es cool o, por el contrario, qué está mal, qué no se debe hacer. Sí creo que los padres tienen que ver mucho con la crianza de sus hijos. Ellos deben regir qué escuchan, cómo se manejan, cómo se comportan. El hogar es la piedra angular para que el joven se forme como parte de la sociedad. Pero creo que como artista debo cuidar mi imagen, lo que digo. Debo cuidar cómo pienso y cómo me expreso en mis canciones porque no sé a quién estoy influenciando directa o indirectamente, y de qué forma lo pueden tomar. En lo personal trato de mantener una línea de respeto. Si te fijas, en todas mis canciones trato de dirigirme a las mujeres de una forma muy respetuosa. Una, porque así lo aprendí en mi casa. Mis padres me enseñaron a tratar a la mujer de esa forma. Y dos, porque, de una forma, quizás indirecta, influye de manera positiva que el que escuche mi música se dé cuenta de ese tipo de cosas: del respeto con el que me dirijo hacia quien yo compongo, que la mayoría de las veces es hacia las mujeres. Me agrada saber que en cierta forma estoy aportando, con mi música, para que piensen y copien ese tipo de actitud. Por el hecho de ser joven no siempre tienes que hacer X cosas, o para pegar no hay que hacer lo que lleva la ola.
Por eso el nombre de tu disco, “Contracorriente”... Sí. Inclusive porque estoy apostando a un tipo de música que no marca tendencia. Y quizá no es lo más fácil de entrar en la radio, ni de llevar y torear por todos lados, pero independientemente de todas las adversidades que estoy teniendo, está saliendo a flote, y seguimos creyendo día a día, gracias a Dios.
¿Cuáles son esas adversidades que mencionas? En los últimos dos años mi música la ha arropado una cantidad de gente buenísima; no te puedo ni siquiera explicar lo agradecido que me siento. Pero te cuento que eso no siempre fue así. Hubo muchos ataques por mi familia, por de quién era hijo. Muchos dijeron que así era mucho más fácil, porque tienes “esto” atrás. Pero la gente no ve que eso muchas veces no tiene nada que ver. La cantidad de gente que ha tenido muchísimos más recursos que yo y al final su música nunca trasciende. Al final siempre van a hablar, no importa qué hagas o dejes de hacer. El que no tiene nada que hacer siempre va a hablar. Inclusive, me he retroalimentado y he absorbido más cosas positivas de los mismos haters de lo que ellos se imaginan.
¿Cómo lo lograste? Ellos me motivan a seguir trabajando y a dar más de lo que debería porque mi trabajo sigue sellando labios de mucha gente que era la primera en tirarme fuego y ahora de repente es la más fan, la que más me escucha. Eso lo único que me demuestra es que como artista tengo que hacer caso omiso a las críticas ofensivas, sin sentido, sin base, que lo único que buscan es enfurecerte o sacar algo que no está en ti. Simplemente las omito. Qué pena que tengas tan poco tiempo para buscar algo dentro de ti mismo para aportar al mundo que tengas que estar hablando de alguien de quien no conoces su historia. Yo trato de abrir mi boca para decir algo positivo. En un mundo mediático, que todos los días quiere resaltar cosas malas, tragedias, ¿porqué me voy a sumar a eso? ¿Porqué no apuntar hacia otro lado, e ir contra la corriente, y tratar de darle algo positivo a la gente, al que escucha mi música y está en mis redes? He tratado de mantener esa línea. Que lo que salga de mi boca sea amor, independientemente de lo que la gente quiera mandar. Recibo lo que sé que me merezco.
Tus canciones son muy románticas, ¿es porque eres así? Siempre he sido un romántico empedernido. Te confieso que cuando empecé en la música yo cantaba Sin Bandera y esa onda, porque fui más guitarra y voz, de esa escuela de cantautor. A mí siempre me gustó mucho esa onda y era lo que quería hacer. Pero fui evolucionando musicalmente y conociendo otras cosas, y dándome cuenta de lo que podía hacer, digamos que moví el romanticismo hacia el baile. Como dominicano tengo la responsabilidad de cargar con un merengue que mi generación ha soltado hasta conectar el romanticismo clásico con la actualidad spicy. He encontrado esa línea que gusta.
Por eso el nombre de tu disco, “Contracorriente”... Sí. Inclusive porque estoy apostando a un tipo de música que no marca tendencia. Y quizá no es lo más fácil de entrar en la radio, ni de llevar y torear por todos lados, pero independientemente de todas las adversidades que estoy teniendo, está saliendo a flote, y seguimos creyendo día a día, gracias a Dios.
¿Cuáles son esas adversidades que mencionas? En los últimos dos años mi música la ha arropado una cantidad de gente buenísima; no te puedo ni siquiera explicar lo agradecido que me siento. Pero te cuento que eso no siempre fue así. Hubo muchos ataques por mi familia, por de quién era hijo. Muchos dijeron que así era mucho más fácil, porque tienes “esto” atrás. Pero la gente no ve que eso muchas veces no tiene nada que ver. La cantidad de gente que ha tenido muchísimos más recursos que yo y al final su música nunca trasciende. Al final siempre van a hablar, no importa qué hagas o dejes de hacer. El que no tiene nada que hacer siempre va a hablar. Inclusive, me he retroalimentado y he absorbido más cosas positivas de los mismos haters de lo que ellos se imaginan.
¿Cómo lo lograste? Ellos me motivan a seguir trabajando y a dar más de lo que debería porque mi trabajo sigue sellando labios de mucha gente que era la primera en tirarme fuego y ahora de repente es la más fan, la que más me escucha. Eso lo único que me demuestra es que como artista tengo que hacer caso omiso a las críticas ofensivas, sin sentido, sin base, que lo único que buscan es enfurecerte o sacar algo que no está en ti. Simplemente las omito. Qué pena que tengas tan poco tiempo para buscar algo dentro de ti mismo para aportar al mundo que tengas que estar hablando de alguien de quien no conoces su historia. Yo trato de abrir mi boca para decir algo positivo. En un mundo mediático, que todos los días quiere resaltar cosas malas, tragedias, ¿porqué me voy a sumar a eso? ¿Porqué no apuntar hacia otro lado, e ir contra la corriente, y tratar de darle algo positivo a la gente, al que escucha mi música y está en mis redes? He tratado de mantener esa línea. Que lo que salga de mi boca sea amor, independientemente de lo que la gente quiera mandar. Recibo lo que sé que me merezco.
Tus canciones son muy románticas, ¿es porque eres así? Siempre he sido un romántico empedernido. Te confieso que cuando empecé en la música yo cantaba Sin Bandera y esa onda, porque fui más guitarra y voz, de esa escuela de cantautor. A mí siempre me gustó mucho esa onda y era lo que quería hacer. Pero fui evolucionando musicalmente y conociendo otras cosas, y dándome cuenta de lo que podía hacer, digamos que moví el romanticismo hacia el baile. Como dominicano tengo la responsabilidad de cargar con un merengue que mi generación ha soltado hasta conectar el romanticismo clásico con la actualidad spicy. He encontrado esa línea que gusta.
Sabías que
• Gabriel fue el chico que abrió el concierto de Justin Bieber en octubre de 2013. Entonces tenía 23 años, ya llevaba el corte de pelo al ras y usaba sombrero.
• Su primer disco es “Peripecia”, con sencillos como Estar, A ti mujer y Me gusta.
• En diciembre de 2013 subía de nuevo como telonero, esta vez con Marc Anthony.
• Este 2017 gana el Soberano en la categoría de Mejor Merengue del Año por Pa’ nosotros dos.
• Actualmente se encuentra promocionando en el país el video de A tan solo una hora, dirigido por Iván Herrera.
Gabriel, en pocas palabras
• Un ritmo: La salsa.
•¿Bailas? De todo.
• Un artista: Alejandro Sanz.
• Al merengue le falta... nuevas caras.
• Una hora del día... Las 12 de la medianoche.
•¿Cerveza o vino? Las dos.
• Te apasiona... La música.
• Lo que poca gente sabe de ti... Son tantas cosas... que soy más creativo de noche que de día.
• Un escenario soñado: Madison Square Garden.
• Lo primero que haces cuando te levantas... Pongo el café.
Fotos: Bayoan Freites / Dirección de Arte: Norca Amézquita / Estilismo: Reading Pantaleón / Asistente de estilismo: Wendy Benzán / Maquillaje: Taína Peña / Vestuario: Camisas Grafitti Milk / Locación y agradecimientos: Rancho Los Amores, en La Cuaba.